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OPINIÓN: Diagnóstico, credibilidad y propuestas en el segundo debate

En esta carrera presidencial hay tres elementos que se son claves en la aceptación de un candidato, opina Iván Franco.
lun 21 mayo 2018 02:33 PM
Debate
Debate El proceso electoral de 2018 es el primero en la historia de México en el que los candidatos presidenciales debatirán en tres ocasiones. (Foto: ADNPolítico)

Nota del editor: Iván Franco es fundador y director de la consultora de inteligencia competitiva Triplethree International. Síguelo en su cuenta de Twitter @IvanFranco555 .Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(ADNPolítico) – El segundo debate por la carrera presidencial superó al primero por distintas razones. Principalmente, porque el formato fue más dinámico y más atractivo.

La atención en los discursos aumentó porque fueron menos debatientes. Por otra parte, el protagonismo de los moderadores hizo trabajar más a los candidatos.

OPINIÓN: El segundo debate no ha definido la elección y tendrá poco impacto

La interacción con el público generó cierta cercanía. Y, finalmente, por la relevancia de los temas. Aunque a mi parecer, la migración se abordó excesivamente.

Más allá de las formas que tienen que ver con los calificativos, los ataques personales y con la habilidad para comunicar, la manera como se define al ganador de un debate es analizando el contenido del fondo, que es precisamente de lo que hablamos en esta columna.

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Diagnóstico, credibilidad y propuestas

En esta carrera presidencial hay tres elementos que se son claves en la aceptación de un candidato.

OPINIÓN: Un debate de poca calidad, más de acusaciones que de propuestas

En primer lugar, el diagnóstico. Un buen diagnóstico es la base del proyecto de gobierno y también sirve para generar credibilidad y propuestas, que son dos elementos que definen la intención del voto.

El diagnóstico debe explicar los problemas actuales del país, que son causados, en buena medida, por los errores del gobierno actual y de los anteriores. En este sentido, los candidatos del PRI, José Antonio Meade y del PAN, Ricardo Anaya, están maniatados.

nullPara ellos, dar un diagnóstico correcto implicaría hablar mal de las gestiones en las que han participado y donde han sido corresponsables. Por lo tanto, ambos reprobaron este primer examen. Por ejemplo, José Antonio Meade habló de la inversión como un elemento para mejorar la calidad de vida de la gente. Esto es una vieja verdad de Perogrullo que no funciona sin una estrategia integral.

OPINIÓN: Segundo debate, ¿quién ganó en la sangrienta batalla?

En cambio, el candidato Andres Manuel López Obrador ha tenido la libertad para dar un diagnóstico apegado a la realidad, en parte, porque él es ajeno a las políticas que tienen al país dividido.

El segundo elemento clave de la contienda es la credibilidad. Si los candidatos no hacen un buen diagnóstico de la situación del país, difícilmente van a contar con el apoyo de la gente.

Si no se atreven a criticar los gasolinazos, las estafas maestras y la corrupción en general, no tendrán credibilidad. Tanto José Antonio Meade, como Ricardo Anaya, son parte de este sistema, por ello, su credibilidad es baja, principalmente, la del primero.

Lee: Los claroscursos en las propuestas de los candidatos sobre México y el mundo

El tercer elemento son las propuestas. Lanzar propuestas es relativamente fácil. Solo basta con pronunciarlas. La importancia está en poder cumplirlas.

López Obrador goza de una ventaja inicial en todos los debates porque, como dicen coloquialmente, “quien pega primero pega dos veces”. Él es quien ha comunicado el diagnóstico correcto. Además, goza de una alta credibilidad entre su base de simpatizantes.

El único factor donde puede haber una competencia real entre los tres candidatos punteros es en las propuestas, que, no obstante, no definen la intención del voto.

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Un líder social, un exfuncionario y un político

En términos de la credibilidad, la competencia por la presidencia se realiza entre un experimentado líder social, un solicitado exfuncionario público y un político que es visto por sus adversarios, como un advenedizo. De estos tres, por obvias razones, la mayor credibilidad la tiene el líder social.

En términos de las propuestas de gobierno, podemos calificar al segundo debate como un empate entre los dos candidatos punteros. Aunque Ricardo Anaya es atrevido en proponer ciertos cambios importantes, por ejemplo, en el salario mínimo, sus propuestas son una versión alternativa de las de López Obrador. Más aún, la baja credibilidad que tiene Anaya le quita puntos en automático.

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Aunque Anaya lance las mismas propuestas que el candidato de Morena, tenemos que recordar que el primero que las introdujo en la mente del elector fue López Obrador.

Incluso, José Antonio Meade comienza a mimetizar algunas propuestas del candidato puntero, por ejemplo, en materia de educación.

En resumen, Andrés Manuel López Obrador se erige como el ganador del debate si calificamos diagnóstico, credibilidad y propuestas, conjuntamente.

Lee: En el día después del segundo #DebateINE, esto dicen los candidatos

De hecho, para él no será difícil ganar el tercer debate si mantiene un diagnóstico crítico y claro y lanza algunas propuestas medianamente transformadoras. La credibilidad ya la tiene.

En este sentido, considero que el candidato de Morena estará aumentando su intención de voto de cara al día de la elección. Aunque la intención y el voto son cosas distintas, la ventaja que tiene ahora sería suficiente para que gane la elección presidencial.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Voces

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