#Crónica: Morena muestra su músculo (y su pasado) en gira de AMLO por la CDMX
“Súbanle los que van a Astillero, los de La Era están arriba. Súbanle porque ya nos vamos”, gritaba un chofer tras el mitin que Andrés Manuel López Obrador encabezó este jueves en la delegación Magdalena Contreras, en una plaza en cuyos alrededores había unos 70 microbuses. Todos llenos... o casi.
La escena daba muestra tanto del músculo de Morena, el partido fundado por López Obrador en 2014, como de la forma en la que este recurre a la vieja práctica del acarreo para movilizar a sus militantes y simpatizantes.
A lo largo del día, López Obrador, Claudia Sheinbaum y otros candidatos de Morena acudieron a cuatro delegaciones: Tlalpan, Magdalena Contreras, Cuajimalpa y Álvaro Obregón. En todas, el aspirante presidencial presumió su ventaja en las encuestas y pidió evitar el voto diferenciado.
“Ustedes son libres, pero esto tiene que ser un cambio de fondo”, dijo el morenista, quien al final de la jornada celebró en Twitter el respaldo de la ciudadanía.
Te puede interesar: AMLO niega "malos antecedentes" de Nestora Salgado
En todos sus mítines no solo hubo un discurso similar. Todos compartieron también la llegada de seguidores y de muchos acarreados.
“Nos invitaron los de Encuentro Social porque nos están prometiendo muchas cosas y vinimos a ver qué dice el candidato”, aseguraba por la mañana Rosa García, vecina de Puente del Rosal, en la delegación Magdalena Contreras.
En tanto, en las calles los coordinadores de cada acto llamaban a la gente a animar a los demás.
“¡Órale! Que se vea el apoyo para ‘ya saben quién’”, decían.
En Tlalpan, un grupo de vecinos adultos mayores llevaba sus porras impresas en papeles y gritaba para apoyar a Sheinbaum en su carrera por encabezar la Jefatura de Gobierno de la CDMX: “¡Lo hará, doctora! ¡Capaz a toda hora, pisando firme y fuerte serás la ganadora!”.
Otras postales las dejaban los seguidores del actor Sergio Mayer que llegaban a los mítines, los camiones con las imágenes de candidatos morenistas como Martí Batres y Citlali Hernández, y los vendedores con muy diversos souvenirs alusivos a López Obrador.
“Elaboramos unos trabajitos artesanales con la figurita del Peje, de ‘ya sabes quién’, principalmente por el fanatismo que tengo por él desde hace varios años”, decía Fernando Torrentera, quien en los actos de campaña vende sus llaveros a 10 pesos.
Sin embargo, y a pesar de las muchas promesas de López Obrador, como combatir la corrupción, promover la austeridad y hacer un censo de los jóvenes que necesiten apoyo económico, no todos quedaron conformes con la jornada.
Hacia la noche, algunos choferes estaban enojados porque el último acto de Morena debía acabar a las 8:00 de la noche y se alargó hasta las 10:00. Layda Sansores, candidata de Morena en la delegación Álvaro Obregón, habló mucho tiempo, lo mismo el propio López Obrador.
Para ese momento habían pasado casi 12 horas de actividades proselitistas en la capital del país, de la que López Obrador fue jefe de gobierno, donde forjó su bastión y desde donde lanzó una carrera presidencial que espera le brinde una victoria en su tercer intento.
Dentro de su último mitin, el candidato morenista hablaba de honestidad, del futuro, del gobierno que viene y de la elección del 1 de julio. Afuera, el escenario era el de un encuentro tal como los del pasado, con acarreados, tortas, reparto de gorras y banderas y pases de lista, así como con alguno que otro asistente que preguntaba “¿No me puedes conseguir una playerita?”.
Morena mostró su músculo en la capital, pero también dejó ver que al igual que otros partidos políticos de cuyos exmilitantes ha nutrido sus filas, como el PRI y el PRD, hay prácticas que todavía no deja atrás.
