El gobierno de Peña niega injerencia en la elección y promete condiciones de paz
El gobierno de Enrique Peña Nieto rechazó tener injerencia en el proceso rumbo a la elección presidencial del 1 de julio y condenó los actos de violencia que se han registrado en lo que va de la contienda.
A 48 días de los comicios, el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, dirigió un mensaje a nombre del presidente, en el que además comprometió el trabajo del gobierno federal para garantizar una elección en paz.
"El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto condena enérgicamente las agresiones hacia candidatos y rechaza de manera categórica los llamados, cualquiera que sea su origen, a la violencia o a violentar las leyes electorales, así como cualquier insinuación respecto a que desde el Ejecutivo federal se pretenda interferir para inclinar la balanza en favor o en contra de candidato, partido o coalición alguna (...) En México por sus ideas no se condena a nadie. Lo que sí es condenable es cualquier acto de violencia que trastoca las instituciones y por lo tanto se debe actuar en consecuencia", dijo este domingo ante medios de comunicación.
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El pronunciamiento se da al término de una semana en la que tanto el Instituto Nacional Electoral (INE) como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestaron su preocupación por el clima de violencia en el que se ha desarrollado el proceso electoral.
Solo durante esta semana, dos candidatos fueron asesinados en los estados de Guanajuato y Guerrero . Además, un tuit del periodista Ricardo Alemán que presuntamente incitaba a la violencia contra Andrés Manuel López Obrador le costó su salida de Televisa, Milenio y Canal Once.
Durante su mensaje, el titular de Gobernación también dijo que la administración de Peña Nieto se asume como garante de un proceso electoral ordenado. Afirmó que, sin exceder sus facultades, el gobierno apoyará a las instituciones encargadas de llevarlo a cabo —autoridades, partidos y candidatos— para que las elecciones transcurran en un clima de paz.
"El gobierno federal tiene muy claro que no es parte de este proceso electoral. Mantendrá la imparcialidad y neutralidad a la que estamos obligados por ley todos los servidores públicos en el ejercicio de nuestras funciones (...) Quiero dejar muy claro que, por su origen democrático y su juramento al respeto del marco constitucional, el gobierno federal no es instrumentador de los deseos o preferencias de ningún actor social, en lo individual o de forma colectiva, independientemente de su relevancia o su influencia, ya sea interna o incluso en el exterior de México. Lo reitero, de nadie", subrayó el funcionario.
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El secretario pidió que el contraste de ideas y las diferencias "inherentes a la contienda" no se conviertan en encono y polarización. Y volvió a convocar a presidentes de partidos y a los candidatos presidenciales a un diálogo sobre las condiciones de gobernabilidad y seguridad del proceso.
"(Que sea) un diálogo directo, incluyente, respetuoso, transparente y constructivo, que contribuya a que prevalezcan en este proceso electoral la certidumbre, la civilidad, el respeto y la concordia entre los mexicanos. En materia de gobernabilidad y, sobre todo, en materia de seguridad", finalizó.