Después de la tormenta entre AMLO y los empresarios, se asoma la calma

Después de una semana de tormenta, la calma empieza a asomarse entre el sector empresarial y Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia.

Las tensiones entre ambas partes, que iniciaron por señalamientos de López Obrador en contra de un grupo de empresarios a los que acusó de ser parte de una "guerra sucia" en su contra y de haberse beneficiado de negocios al amparo del poder, pasaron a un nuevo capítulo en el que los dos bandos dan señales de tregua.

Este martes, el presidenciable de Morena, PT y PES incluso flexibilizó su discurso de rechazo a la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), al asegurar que, en caso de ganar las elecciones del 1 de julio, está dispuesto a dialogar y a llegar a un acuerdo con el sector empresarial para que la obra se mantenga, en un esquema en el que el proyecto se concesione.

Desde el otro frente, el dirigente nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos, manifestó su intención de dar "carpetazo" al episodio de confrontación, para iniciar una etapa de diálogo y análisis de propuestas.

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Historia de una relación tirante

Las tensiones entre el sector empresarial y López Obrador no son nuevas. En las elecciones presidenciales de 2006, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) lanzó una serie de spots en los que advertía sobre los supuestos riesgos que implicaría votar por él. Al final, esa contienda la ganó el panista Felipe Calderón por un estrecho margen, aunque el Tribunal Electoral federal determinó que los promocionales del CCE intervinieron indebidamente en la contienda.

El conflicto de este año

En esta elección, como si fuera una reedición de aquel conflicto de 2006, López Obrador acusó a un grupo de empresarios —como Claudio X. González Laporte, Alberto Baillères y Eduardo Tricio — de ser responsables de la crisis en el país y de estar detrás de una "guerra sucia" para evitar que él logre llegar al poder.

"Hay un grupo de empresarios traficantes de influencias que presionan mucho para que se unan los otros candidatos en contra mía", dijo durante un acto el pasado 1 de mayo.

El sector empresarial no se quedó callado y, dos días después, el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) difundió un deplegado en el que manifestó preocupación por las descalificaciones del abanderado morenista.

"Condenamos que un candidato a la Presidencia de la República recurra a ataques personales y a descalificaciones infundadas. Es preocupante que alguien que aspira a ser presidente de México denoste a quienes no comparten sus ideas", señaló el documento.

La bola de nieve que creció... y al final se detuvo

Tras la publicación del desplegado, López Obrador insistió en señalar a dicho grupo como responsable de la situación del país. Incluso, llamó a sus principales líderes a dar la cara, lo que dio origen a un nuevo posicionamiento en el que organizaciones empresariales exigieron un liderazgo que no divida, sino que "convoque a la unidad".

Pero ese mismo día, el candidato ya no dio otra declaración en contra de los empresarios. En cambio, aseguró que su intención no es pelearse con ellos, sino tener una relación de "respeto, amor y paz".

Desde entonces, los mensajes de López Obrador se han mantenido en ese tono y el sector empresarial también ha detenido sus críticas. Ahora, queda la duda de cuánto tiempo durará esta tregua, cuando faltan menos de dos meses para los próximos comicios.

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