La proporción es menor, incluso, que en 2018, año en que las becas del programa Prospera alcanzaron una cobertura de 17%, de acuerdo con un análisis del Instituto de Estudios sobre Desigualdad, basado en los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024.
Se trata de la caída de cobertura más amplia entre los programas sociales prioritarios del gobierno anterior, que en general disminuyeron en ese mismo periodo de tiempo, al pasar de 34% de hogares que recibían algún apoyo a 32%.
Becas para hogares con menores ingresos
En la educación básica, la beca Benito Juárez solo se destinaba a los hogares de las localidades más pobres y marginadas. Por eso Jana López, la mamá de Jimena, aceptó que su escuela, ubicada en el municipio de Ecatepec, en el Estado de México, no fuera considerada entre las localidades prioritarias.
Sin embargo, los hijos de otros vecinos sí tenían la beca. Según el padrón de beneficiarios del programa, 11,067 estudiantes de Ecatepec estaban inscritos en el periodo de enero a junio de 2024.
“A mi hija nunca le dieron ese apoyo. Ya hasta terminó la primaria y nunca le dieron la beca”, explicó a través de un mensaje.
En septiembre, Jimena iniciará la educación secundaria. Jana, una madre autónoma de 36 años, espera que en ese nivel educativo sí acceda a una beca. Así ocurrió con su otra hija, Montserrat. Tampoco tuvo beca en la primaria, pero este año ingresó a otro programa social, el de becas Rita Cetina, instaurado por la presidenta Claudia Sheinbaun a partir de 2025.
Hay algunas diferencias entre esos dos apoyos. La beca Benito Juárez sustituyó al programa Prospera y por eso se enfocaba en las familias de menores ingresos. La beca Rita Cetina es universal, es decir, busca llegar a todos los estudiantes de educación básica, empezando por aquellos que cursan la secundaria.
Máximo Jaramillo, director del Instituto de Estudios sobre Desigualdad (Indesig), ve positivo que los programas sociales se universalicen y lleguen a más hogares. Pero lamenta que no se refuerce su llegada a los más pobres.
“Para un programa social que se supone que es un derecho, que se supone está en la Constitución, pues es muy preocupante, siendo que además es un componente muy importante de los ingresos, sobre todo en los hogares más pobres”, explica.
El programa Rita Cetina, que de manera progresiva irá cubriendo a todos los estudiantes de educación básica, arrancó entre los alumnos de secundaria, pero quizá lo conveniente habría sido que iniciara en los primeros grados escolares para evitar que los estudiantes de las familias más pobres abandonen la escuela desde ese nivel. Muchos de ellos no ingresan a la secundaria.