El pasado 4 de febrero, la presidenta Claudia Sheinbaum aceptó enviar 10,000 soldados a la frontera con Estados Unidos a cambio de que su homólogo estadounidense Donald Trump no incrementará los aranceles durante un mes.
El gobierno federal anunció que 2,700 miembros del ejército sería desplegados en Tijuana, Tecate y Mexicali, Baja California; San Luis Río Colorado y Nogales, en Sonora; Ciudad Juárez, Chihuahua; Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros, en Tamaulipas.
Otros 7,300 miembros de la Guardia Nacional se distribuirán en Agua Prieta y Sonoyta, Sonora; Piedras Negras y Ciudad Acuña, Coahuila; Ojinaga, Puerto Palomas, Chihuahua; Colombia, Nuevo León; Playa Bagdad y Ciudad Mier, en Tamaulipas.
El primer contingente, con 120 soldados, arribó a la frontera del estado de Chihuahua la misma mañana que se negoció el acuerdo entre ambos países y vigilan el área del bordo del Río Bravo.
Al siguiente día, 360 militares de Yucatán, 600 de Campeche, 300 de Quintana Roo, 189 de Puebla, 160 de Sonora y 450 de otros estados del centro del país despegaron a la frontera norte.
Disponen de con fusiles de largo alcance, ametralladoras, drones, vehículos blindados y helicópteros para reforzar la seguridad de la frontera.
Otro grupo de militares llegó por tierra a Tamaulipas y Coahuila para vigilar la zona del Río Bravo. También han llegado a Anáhuac y Colombia, Nuevo León.
Tras el despliegue, el gabiete de Seguridad federal informó el viernes 7 de febrero que, de inmediato, 116 personas habían sido detenidas gracias a la "Operación Frontera" y se habían decomisado 35 armas de fuego, además de varias dosis de distintas drogas y dinero en efecto en seis estados fronterizos.