Hasta hace unos años, Javier Laynez fue un funcionario público “orgullosamente tecnócrata”. Era el tiempo en donde estaba alejado de la política y su vida profesional transcurría entre el estudio e interpretación de la ley y la academia. Era un época donde el ser tecnócrata se presumía y se valoraba.
Javier Laynez: “Cuando se hable de esta Corte, la historia nos va a juzgar bien”
Hoy, a unos meses de que cuelgue su toga de ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), se ha descubierto “activista” y lo disfruta. Lo mismo se le ha visto apoyar en las calles de la Ciudad de México a trabajadores del Poder Judicial, que en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en Nueva York, abogando por jueces y magistrados en contra de la Reforma Judicial, misma que ve innecesaria y, que considera, será “una piedra” en el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
“Le está poniendo a la presidenta una “piedrota” en el camino, cuando lo que el país requiere es inversión, certeza jurídica, un estado de derecho fuerte”, dice Laynez, quien acepta que gobierno y sus simpatizantes les “ganaron la narrativa” en favor de la reforma y lamenta la falta de verdad que ha habido en el proceso.
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Con café en mano y desde el estudio de Expansión, el Egresado del Tecnológico de Monterrey y con estudios de posgrado, recuerda sus días de estudiante cuando fue “Bell Boy” en París o cuando le tocaba negociar con funcionarios estadounidenses las extradiciones de narcotraficantes mexicanos al ser parte de la Procuraduría General de la República.
En esta entrevista, con la que se arranca "En Primera Persona" una serie de pláticas con los personajes que marcan la vida pública del país, el ministro Laynez también habla de su relación con el expresidente Enrique Peña Nieto y de las presiones que llegó a tener al elaborar proyectos de gran trascendencia para México.
Aquí pueden ver la entrevista completa: