La idea, explica, es avanzar no sólo en la homologación de las normas sindicales, sino de las relaciones laborales entre los tres países.
Una fase implicaría, por ejemplo, la homologación o el "asimilamiento" de los salarios, a mediano y largo plazo entre los tres países.
“La homologación le conviene a los tres países, así como conviene homologar las cuestiones sindicales, que es lo que se está haciendo”, indica Ortiz-Santos.
Otro paso sería avanzar y ampliar las visas de trabajo.
“Nuestra gente trabaja regularmente en construcción, en jardinería, en servicios como puede ser hotelería, restaurantes, etcétera, pero sin una educación formal han adquirido herramientas de trabajo de primer mundo y aportan a la economía de los Estados Unidos", observa.
“Sin embargo están en una forma irregular, porque no hay una visa que los esté protegiendo. Y así pasa también con canadienses que están aquí. Ese tipo de trabajadores podrían regularizar su situación en Estados Unidos y tener papeles que les permitan trabajar en la labor que ya desempeñan y por la que contribuyen enormemente a la economía de Estados Unidos".
Un tercer nivel al que se aspiran con las negociaciones es aprobar la “libre movilidad humana" para que haya tránsito sin restricciones entre las tres naciones como sucede en la Unión Europea.
“Impulsar este tipo de reformas que para nuestra zona de Norteamérica sería muy novedosa, pero esto ya existe en Europa y la diferencia económica entre países no afectó. De entre Francia, Alemania o España o Italia había países que tenían una economía menor, pero que de, alguna manera, han podido participar de los beneficios y han crecido económicamente juntos”, amplió.
“Yo creo que es viable también avanzar ya a esa integración de los tres países del T-MEC y para que una negociación así se adelante, se requiere de la voluntad del gobierno mexicano y hasta ahora pareciera que hay interés”.
Por ahora, comenta Ortiz-Santos, la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum ha tenido apertura para escucharlos.
"Y eso hay que reconocerlo, pero confío en que pronto se realice un encuentro con la Secretaría de Economía para avanzar en el tema, pues por ahora la preocupación está en el asunto de las deportaciones de connacionales", agrega.
De parte de Estados Unidos, estima, es totalmente viable un acuerdo a pesar del "clima" antiinmigrante.
"Estados Unidos está manejado en este momento por hombres de negocios y ellos saben la importancia de poder tener este tipo de ventajas competitivas, el poder trabajar aquí o en Canadá o en México sin tanto requisito administrativo que pues, más que beneficiar, está afectando el desarrollo eh económico de los países”, sostiene.
El experto además observa que hay encuestas en Estados Unidos que reflejan que hay un rango entre 50 y 60% de que la gente que, cuando se les pregunta si quieren que "arreglen los indocumentados", están de acuerdo en hacerlo y que haya una reforma migratoria.