Pero esta cifra es menor en otros grupos poblacionales. Por ejemplo, se reduce a 10 de cada 100 personas jóvenes; a ocho de cada 100 personas con discapacidad; a siete de cada 100 niños y niñas, y a tres de cada 100 personas indígenas.
Estos datos, afirmaron, muestran que las estructuras que producen pobreza no se han transformado y algunas decisiones recientes han empeorado la situación.
“Las causas estructurales de la pobreza requieren acciones de los gobiernos y de la sociedad. Este momento es especialmente importante”, dijo Pilar Parás, miembro del Núcleo Coordinador de la asociación.
Ante este panorama, detalló, es urgente garantizar políticas de Estado para el cumplimiento de derechos, como trabajo digno, educación, salud, protección social y medio ambiente sano.
Por ello, plantearon algunas propuestas para combatir la pobreza, las cuales serán presentadas en los próximos días a quienes aspiran a cargos de elección popular, tanto a nivel federal, como local.
Entre las medidas se encuentran impulsar un nuevo modelo que vincule la mejora en la productividad, en las remuneraciones y los derechos laborales; crear un sistema universal de protección social no condicionado al trabajo, que incluya servicios de salud y de cuidado para toda la población.