El gobierno del presidente Joe Biden le ha declarado la guerra al fentanilo, un opioide hasta 50 veces más potente que la heroína, que ha causado buena parte de las casi 110,000 muertes por sobredosis en el país en 2022.
Washington afirma que la mayor parte del fentanilo que entra a Estados Unidos proviene de los cárteles mexicanos que lo fabrican con sustancias (llamadas precursores) que importan sobre todo de China. El gobierno estadounidense ha multiplicado las sanciones en los recientes meses.
Esta vez, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) sancionó a los hermanos Alfonso Arzate García y René Arzate García, a quienes califica de "extremadamente violentos". Les acusa de estar a cargo de operaciones de narcotráfico del cartel de Sinaloa en Tijuana (noroeste) y municipios aledaños, de estar "involucrados en la importación de grandes cantidades de drogas ilícitas, incluido el fentanilo" y de "secuestros y ejecuciones".
Ambos se encuentran prófugos y son objeto de una acusación por narcotráfico de un tribunal estadounidense desde 2014.
Además, la OFAC sancionó a Rafael Guadalupe Félix Núñez, alias "El Changuito Ántrax", quien empezó trabajando como sicario para el cártel en 2008 y cinco años después asumió más responsabilidades en su brazo armado conocido como Los Ántrax.
Fue arrestado por las autoridades mexicanas en noviembre de 2014 y en 2017 escapó de una prisión de Culiacán, en Sinaloa.
Desde entonces sigue prófugo y "se ha convertido en un poderoso y violento líder del cártel de Sinaloa en la ciudad de Manzanillo", cuyo puerto "recibe envíos de todo el mundo, incluidos cocaína de Colombia y precursores químicos ilícitos" de Asia, que se utilizan para sintetizar el fentanilo, acusa Estados Unidos.