La directiva señaló que ante el fin de esta política este viernes, las familias están desesperadas “y muchas de ellas pueden estar dispuestas a arriesgar sus vidas al intentar cruzar la frontera por puntos peligrosos como el desierto o el río Bravo”.
Además, indicó que esto genera que los menores de edad vivan ansiedad, miedo e incertidumbre, pues han tenido que dejar sus lugares de origen huyendo de la violencia o la pobreza y su estrés aumenta al no tener claridad de lo que va a pasar.
Menéndez manifestó su preocupación por el descuido de la niñez ante el constante estrés con el que viven sus padres en su intento por llegar a Estados Unidos.
“Muchos han decidido salir de los albergues e instalar campamentos en la línea fronteriza con la esperanza de poder cruzar, en las calles el riesgo de separación puede ser alto, además se ha registrado presencia del crimen organizado que soborna o intenta reclutar a los migrantes”, dijo.
En ese contexto, la organización urgió al Gobierno de México fortalecer los programas y políticas internas de protección de la niñez y la adolescencia.
Afirmó que el Estado tiene la responsabilidad de garantizar los derechos humanos de las infancias migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo que llegan, transitan y permanecen en México.
Por ello pidió reforzar las capacidades operativas de instituciones como la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y fortalecer “más que nunca” la coordinación y operación del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, así como las Procuradurías de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes.
“Así como crear espacios físicos y entornos seguros y protectores para quienes requieran asistencia social y legal, atención psicosocial y acceso a servicios de salud”, enfatizó Menéndez.
Este viernes concluyó el Título 42, pero Estados Unidos aplica ahora el Título 8, la norma que históricamente ha regido la migración y que incluye deportaciones y medidas de detención del flujo migratorio menos flexibles.
Este mismo día, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, aclaró que México no recibirá a más de 1,000 migrantes al día deportados de Estados Unidos, pues no tiene la capacidad para atenderlos ni tampoco la voluntad de aceptarlo.