Sin importar las aclaraciones de autoridades de Estados Unidos, sobre que el fin de la aplicación del
no significará un beneficio, miles de migrantes, principalmente de Venezuela, se han agrupado en la frontera.
En particular, se han reunido en la zona de la línea fronteriza entre Ciudad Juárez, Chihuahua, y El Paso, Texas, lugar que en donde la vigilancia ya fue reforzada del lado estadounidense.
Venezolanos, haitianos, hondureños, salvadoreños, guatemaltecos son los grupos que principalmente se han reunido en la frontera; viajan con familias, en grupos o solos; lo que los une es la esperanza de ingresar a Estados Unidos y lograr un futuro mejor.
No les importa que el gobierno estadounidense haya aclarado que no permitirá su ingreso y que incluso, estados como Texas y Florida, hayan endurecido sus medidas contra la migración ilegal.
Los migrantes se arriesgan a ingresar a Estados Unidos con la esperanza de mejorar la situación de sus familias.
Marta Youth, subsecretaria de Estado adjunta principal de la Oficina de Población, Refugiados y Migración, aclaró que el término del Título 42, una norma establecida durante la pandemia de covid-19 para expulsar a migrantes de Estados Unidos, no significa que la frontera de ese país estará abierta a la migración indocumentada.
Además; el Comisionado Interino de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, Troy Miller, emitió las siguientes declaraciones:
“A principios de este año, Estados Unidos anunció procesos de permiso condicional (parole) para venezolanos, cubanos, haitianos y nicaragüenses, que confieren una vía segura y ordenada para ingresar a los Estados Unidos e imponen consecuencias para quienes no las utilicen.
"Como se anunció el 2 de mayo, en alianza con el Gobierno de México, continuamos con estos procesos de permiso condicional. El gobierno mexicano ha reiterado su compromiso de aceptar 30,000 ciudadanos de Venezuela, Cuba, Haití y Nicaragua, por mes, que hayan ingresado ilegalmente a los Estados Unidos entre los puertos de entrada, una vez que se levante la orden de salud pública del Título 42. Los migrantes que ingresen ilegalmente a los Estados Unidos cruzando la frontera suroeste, y no a través de un camino legal, serán devueltos a México y pueden ser transportados fuera de la frontera norte de México a lugares en el sur de México.
"Como hemos indicado en muchas ocasiones, la frontera no está abierta a la migración irregular. Las personas no deben poner sus vidas en manos de los contrabandistas, solo para enfrentar graves consecuencias, incluida una prohibición de reingreso de al menos cinco años y un posible encausamiento penal por reincidir en intentar ingresar ilegalmente y ser deportados", según información del gobierno estadounidense.