Después de ella, otras tes mujeres también contaron haber pasado por una historia similar, entre ellas, Biani López.
Ella y tres compañeras -aunque ahora saben que fueron muchas más las víctimas- lo habían denunciado ante las autoridades de los Legionarios en la década de los 90 por abusos sexuales y por hacerles presenciar dichos actos hacia otras compañeras.
"Lo denunciamos y lo que hicieron fue lo que hacen siempre, se lo llevaron de Cancún", compartió López, quien sabe que los delitos ya prescribieron y lo único que espera ahora es que en algún momento lleguen a desaparecer los Legionarios.
Martínez, como es habitual en los casos de pederastia clerical, fue movido de un lugar para otro desde 1961, cuando recibió la primera denuncia que Biani conoce, pero no fue hasta hace unos años que fue apartado de los niños y ahora reside en una casa de los Legionarios en Roma.
Muchos casos, poco reconocimiento
En México han ido saliendo a la luz numerosos casos pero las víctimas, los activistas y los investigadores coinciden en que son muchas más las historias que todavía no se conocen.
"En primer lugar, por cada victima que conocemos probablemente hay 50 o 100 más. (...) Un pederasta que llega a los 60 años de edad habiendo tenido acceso a niños habrá podido abusar de 100 niños", dijo a EFE, Cristina Sada Salinas, activista social del norteño y conservador estado de Nuevo León, en contra de los abusos clericales.