La base de datos creada para la investigación (World Mortality Database) refleja además que gran parte de esos países no informaron, de manera deliberada o por falta de capacidad, del dato real de muertes por COVID-19.
Pese a que algunos países latinoamericanos informaron de un 50 % más de muertes que las esperadas —las que se producen en años sin causas excepcionales—, muchos dejaron de notificar gran parte de ellas: Bolivia registró 2.5 veces más de las informadas, Ecuador 2.9 y en México 2.1.
El estudio apunta además que en México el exceso de mortalidad estuvo por encima del 50% de la mortalidad anual esperada. Mientras que en términos de números absolutos, el país también se ubica dentro del top 10 de los países con el mayor exceso de mortalidad, solo debajo de Estados Unidos (640,000 al 6 de junio de 2021), Brasil (500,000 al 31 de mayo de 2021) y Rusia (500,000 al 30 de abril de 2021).
El estudio, publicado en la revista científica eLife , asegura que en Rusia murieron 4 veces más personas que las comunicadas: 551,000 en lugar de 135,000, y en Uzbekistán 29 veces más: 21,500, lejos de las 740 notificadas.
En países como España, Italia, Holanda y Reino Unido -los más azotados en Europa por la pandemia- se estima que el ratio entre muertes notificadas y no notificadas fue del 1.5 en la primera ola, y de 1 durante la segunda ola.