A lo largo de estos seis meses, 31,260 camas se han habilitado para enfermos de COVID-19, las cuáles se han logrado con la reconversión hospitalaria, el proceso con el que los hospitales públicos destinaron parte de su infraestructura y la habilitación de otros espacios para atender las personas contagiadas. Un total de 11,189 camas están ocupadas por personas enfermas, un 36% del total.
Zoé Robledo, directo del Instituto Mexicano del Seguro Social, resaltó el hecho de que el sistema hospitalario no se viera rebasado en cuanto a ocupación por pacientes.
“Jamás ha habido un momento de una saturación generalizada o una saturación en un estado muy prolongada”, afirmó el funcionario federal que en junio pasado dio positivo a SARS-CoV-2.
Agregó que a la par se ha contratado a cerca de 30,000 trabajadores de la salud para tratar a personas contagiadas.
“Todo este esfuerzo de miles de personas es lo que ha permitido que no tengamos esa imagen a la que tanto temor le teníamos, esa imagen de una sala de espera repleta de personas con COVID-19 esperando tener una cama o de filas interminables de ambulancias intentado entrar a un hospital”, agregó Robledo.