Exsecretarios de Salud alertaron sobre los riesgos de eliminar el Seguro Popular

Pese a que consideraron que era indispensable instalar una mesa de diálogo en la que participaran los principales especialistas y profesionales de la salud, los conocedores de la educación de la salud, y los grupos de la sociedad civil interesados en la materia, ésta nunca se llevó a cabo.

La carta estaba firmada por Salomón Chertorivski y José Ángel Córdova Villalobos, secretarios de Salud durante el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012); Guillermo Soberón Acevedo, secretario de Salud durante el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988); Julio Frenk Mora, titular de la secretaría durante la presidencia de Vicente Fox Quesada (2000-2006), así como por Mercedes Juan López y José Narro Robles, titulares de la cartera en el periodo de Enrique Peña Nieto (2012 y 2018).

De acuerdo con los exsecretarios, el Seguro Popular era uno de los "avances institucionales más importantes" del sistema de salud y su mejora no requería "ningún viraje repentino sino de políticas de Estado".

Señalaron que formaba parte de los avances del sistema de salud que se reflejaban en que México "tenga más camas de hospital por habitante, más médicos y más enfermeras, y por eso, ha reducido continuamente la mortalidad infantil, la muerte materna, y a logrado eliminar o controlar enfermedades como la poliomelitis o la difteria, controlar el sarampión y la rubeola, y contar con uno de los esquemas de vacunación más completos de nuestra región".

Los exfuncionarios alertaron que el tratamiento de 308 mil personas con enfermedades muy graves fue cubierto por el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, (FPGC) por lo que alrededor el mismo número de familias "no perdieron su patrimonio ni se arruinaron".

"Este es el sentido profundo del seguro popular: evitar el empobrecimiento de las familias ante la eventualidad de una enfermedad muy grave como el cáncer y el VIH-Sida", aseguraron en la misiva.

Sobre la regularización laboral de 80 mil trabajadores de la salud, los exsecretarios señalaron que no se podía hacer a "costa de destruir la base que soporta y financia la atención a las enfermedades catastróficas" como el .

En la carta, los exsecretarios señalaban que las reformas a la Ley de Salud implicaban un "regreso a la centralización", lo que "debilita el federalismo mexicano y aleja la solución de los problemas del sitio en el que se registran".