#Crónica: El 50 aniversario del 68 reúne las voces de diversas demandas sociales

La marcha de Tlatelolco al Zócalo para recordar la matanza de jóvenes convocó a estudiantes, feministas, trabajadores, sindicalistas e inconformes con casos como el de Ayotzinapa.
Los contingentes salieron de la Plaza de las Tres Culturas alrededor de las 16:00 horas. Se quedaron en el Zócalo hasta antes de las 21:00 horas.

CIUDAD DE MÉXICO (ADNPolítico) - La manifestación por el 50 aniversario de la matanza de Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968, amalgamó a todas las protestas sociales del país.

Entre los contingentes que marcharon desde la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco estuvieron los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN), de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), la UAM y varias preparatorias.

También marcharon trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), personal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), integrantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud, miembros del Frente Nacional Francisco Villa, grupos feministas en favor del aborto legal, defensores de los animales, activistas gay y hasta grupos de teatro.

En Eje Central los contingentes pasaban hasta de 20 minutos sin avanzar. El Zócalo capitalino reportaba lleno total desde las 20 horas y hasta Bellas Artes no se veía el fin de la multitud. Para entrar a la plancha, la gente había llenado 5 de Mayo y Madero.

A su paso por el Centro Histórico, la manifestación encontró banderas de la UNAM ondeando en algunas ventanas.

“¡Ese apoyo sí se ve!”, respondían los manifestantes ante el gesto.

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De entre los grupos salían jóvenes embozados o con pasamontañas y pintaban consignas como “Fue el Estado”, “Nos faltan 43” y “La lucha está en las calles, no en el aula de clases”.

Al final de la marcha, se colocó un antimonumento en el Zócalo, cerca de la calle Madero y con la idea de que, cuando la gente lo vea, se informe y recuerde que hay una herida abierta y el Estado sigue en deuda.

“Es el quinto antimonumento con el que instalaron por los dos chavitos desaparecidos en la avenida Reforma; se inscribe dentro de una ruta de la memoria de acciones colectivas anónimas que, en el marco de ciertos acontecimienos o tragedias, se instalan (...) No son para conmemorar ni para recordar de manera vacía en memoria acartonada y de bronce ni en letras de oro”, afirmó la activista Cristina Híjar, del Colectivo Híjar.

“Son alertas encendidas para que advirtamos lo que nos deben en términos de agravio social contra la sociedad mexicana”, recordó.

Mientras hablaba del antimonumento, un grupo de estudiantes quemaba una estatua de Gustavo Díaz Ordaz y algunos bailaban y gritaban “Fue el Estado”.

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