Ya es una tradición en nuestro país el degustar de Chiles en Nogada, desde agosto y hasta septiembre cuando se conmemora el Aniversario de la Independencia de México.
Este año, el Gobierno de Puebla, a través de la Secretaría de Turismo, exhortó a la población a disfrutar de la gastronomía del estado, particularmente de este platillo típico, siguiendo los protocolos y medidas de seguridad e higiene implementadas por las autoridades.
Durante la presentación de la temporada de Chiles en Nogada, la secretaria de Turismo, Vanessa Barahona de la Rosa, expuso que esta comida tiene una trascendencia histórica y reconoció el esfuerzo de los productores que aportan la materia prima para su elaboración.
Destacó que la entidad recibirá a los visitantes, observando los aforos permitidos y los protocolos de seguridad sanitaria, como lo indica la estrategia de Reapertura Responsable, debido a la pandemia por el COVID-19.
Vanessa Barahona afirmó que a estos protocolos se debe sumar el Pacto Comunitario, que promueve el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, en el que todos deben asumir la corresponsabilidad de cuidarse, a la par de impulsar los empleos y las fuentes de ingreso.
En esta presentación, Humberto Hernández Haddad, subsecretario de Calidad y Regulación de la Secretaría de Turismo a nivel Federal, reiteró el apoyo a la política turística del gobierno de Puebla.
Al evento acudieron también: Carlos Mackinlay, secretario de Turismo de la Ciudad de México; Francisco Fernández, presidente de Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC); Olga Méndez, presidenta de CANIRAC Puebla; Luciano Arriaga Sánchez, presidente de la Unión Poblana de Hombres y Mujeres Mezcal Maguey, A.C.; Ana Laura Altamirano, secretaria de Desarrollo Rural, así como autoridades del municipio de San Andrés Calpan.
El origen del sabor y la tradición
Una de las leyendas más comentadas acerca del origen de los Chiles en Nogada es que en realidad es un postre, que fue creado por las monjas del Convento de Santa Mónica cuando recibieron al Ejército Trigarante comandado por Agustín de Iturbide, en 1821.
Las religiosas aprovecharon manzanas, duraznos y nueces con las que inventaron, precisamente, la nogada que cubre los chiles. La decoración es lo más característico, pues lleva los colores patrios: verde, blanco y rojo, destacado con la granada, que es el fruto de la estación del año.
Ese sabor único, dulce y un poco picante, hace que esta delicia haya trascendido para que, en 2010, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), reconociera el platillo poblano como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
