El Monitor de Sequía de México es una herramienta publicada por el Servicio Meteorológico Nacional (SNM) en conjunto con la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Tiene una actualización quincenal y muestra el grado de afectación por falta de lluvias en los municipios del país.
Más de 70 municipios presentan sequía extrema en México

Cómo se mide la sequía en el país
El nivel de sequía se clasifica con base en indicadores como humedad del suelo, escurrimientos, temperatura y precipitaciones acumuladas. A partir de estos datos, cada municipio se ubica en uno de los siguientes niveles:
- D0: Inicio o final de un periodo sin lluvias.
- D1: Reducción en cultivos o en disponibilidad de agua.
- D2: Disminución en actividad agropecuaria con ajustes operativos.
- D3: Afectación en consumo de agua o producción regional.
- D4: Pérdida sostenida en el suministro de agua.
Sonora encabeza los niveles más altos de sequía
Sonora es la entidad con más municipios en los dos niveles D3 y D4. El resumen del monitoreo es el siguiente:
- 17 municipios en D3
- 55 municipios en D4
- 0 municipios en D1 o D2
Sonora está en el primer lugar con 72 municipios en D3 y D4.
Estados sin municipios en niveles severos
Quintana Roo, Ciudad de México y Tabasco no tienen municipios en niveles superiores a D1.
Colima aparece con municipios en D0 y D1, sin presencia en D2, D3 ni D4.
Campeche y Chiapas registran municipios solo en D0. En Campeche son cinco y en Chiapas 47.
Veracruz, Oaxaca y Yucatán tienen municipios en D0 y D1. Veracruz cuenta con 77 en D0 y 35 en D1. Oaxaca tiene 25 en D0 y 31 en D1.
Consecuencias de la sequía en México
Esta situación ha impactado tanto a los productores agrícolas como al cumplimiento del suministro de agua pactado con Estados Unidos en el tratado de 1944. Según el gobierno mexicano, la sequía ha mermado su capacidad para cumplir con lo estipulado, mientras que funcionarios estadounidenses han acusado a México de perjudicar a los agricultores texanos.
En comunidades agrícolas como Julimes y el Valle de Zaragoza, los ganaderos han tenido que trasladar sus rebaños desde las zonas montañosas por la falta de agua y pasto. La presa La Boquilla, de la que dependen, se encuentra severamente afectada. En estas regiones, animales muertos yacen esparcidos en la llanura, y muchos productores han comenzado a considerar dejar sus tierras. “Se me hace que no las vamos ya a aguantar mucho”, dijo Leopoldo Ochoa, de 62 años, mientras cabalgaba con su nieta. Manuel Araiza, de 60 años, agregó: “Pues si no hay más vamos a tener que salir de aquí, de este rancho y a buscar por otro lado. ¿Se imagina, para la edad de uno y salir de donde toda la vida estuvo?”
La incertidumbre por la falta de agua ha llevado a varias familias a replantearse su futuro. “Lo ve uno con tristeza, pero es la realidad, que se está acabando todo esto”, expresó Araiza. Estreberto Sáenz Monje, ganadero de 57 años, narró que sus hijos le sugieren vender los animales porque ya no es costeable mantenerlos. “Yo les decía: 'tendremos, no tendremos pasto para animales, pero el agua no se nos acaba' y, mire, se acabó el agua”, declaró a Reuters.