José Andrés Soberano llevaba apenas cuatro días trabajando como piloto naval en el yate Aca Rey cuando fue alcanzado por la fuerza del huracán Otis en Acapulco.
Su familia busca una explicación sobre por qué no fue alertado de la peligrosidad.
“No es tanto por alguna remuneración o que queremos algún tipo de venganza, para nada, mis papás lo tienen bien claro, que es porque no quieren que le vuelva a ocurrir a nadie. Él (José Andrés) tenía apenas cuatro días trabajando, era nuevo", dijo José Alejandro, hermano de la víctima en entrevista con Expansión Política.
Habla minutos antes de acompañar el féretro de su hermano mayor rumbo a un crematorio en la zona metropolitana de Puebla, después de velarlo con familiares y amigos en la capital.
Publicidad
#DolorYSangre🚨 "Hay varias teorías, no sabemos lo que pasó, tenemos dudas", dice José Alejandro Soberano sobre la muerte de su hermano el piloto naval, José Andrés, quien se encontraba en el yate Acarey en las costas de #Acapulco enmedio del #huracánOtis.
Por ahora no ven viable interponer una denuncia, pero sí buscarán asesorarse con el fin de saber qué fue lo que pasó, quién es responsable del hecho que José Andrés y el resto de la tripulación se hayan quedado a bordo en las costas de Acapulco la madrugada de ese 25 de octubre.
Hasta ahora, les han contado dos versiones: la primera es que el gobierno no alertó a las embarcaciones sobre la entrada de un huracán potente como Otis, por eso estaban desprevenidos.
La otra es que aunque sabían de la entrada de un huracán, no creyeron que pasara a categoría cinco y que los dueños de los yates los obligaron permanecer en guardia.
"Cuando ocurre un huracán de categoría uno, este tipo de personas deciden cuidar sus embarcaciones, de quedarse en los yates. Nos dicen que ya estando arriba, el huracán pasó de categoría uno a cinco en 40 minutos y los tomó por sorpresa a todos y ahí fue la desgracia", contó.
El cuerpo de José Andrés fue buscado y rescatado por su familia y trasladado a Puebla.
Las versiones las recabó la familia entre otros compañeros de José Andrés, quien buscaba obtener experiencia en Aca Rey y lo veía como un trabajo temporal, pues su sueño era trabajar en un embarque en el extranjero.
El joven estaba tramitando su visa. Todavía la noche del 24 de octubre, cuando ya se hablaba que Otis pasaría de tormenta tropical a huracán, la novia y mamá de José Andrés le escribieron preocupadas.
Los mensajes todavía le entraron hasta a la medianoche y les pidió calma, pues estaba a bordo con “personas experimentadas” y que no creía que pasaría a mayores.
Las horas fueron pasando y dejó de contestar el teléfono. La familia se movilizó y logró contactar a una persona a que lo fuera a buscar a su departamento, con la esperanza de que se había salvado y estaba con vida. No fue así.
En la desesperación de ver lo que se narraba en las noticias y sin nadie que diera mayores razones, José Alejandro viajó con sus padres al puerto el 28 de octubre, ya que la Autopista del Sol y otros caminos se habían reabierto.
Se fueron directo a buscarlo a la orilla del mar y entre los escombros lo hallaron. Sin la ayuda de alguna autoridad o del dueño del barco, lo trasladaron a Puebla para despedirlo y cremarlo este 31 de octubre.
La despedida de José Andrés antes de partir a Acapulco
Fue el 19 de octubre cuando convivieron por última vez en familia con José Andrés. Se había graduado en la Escuela Náutica Mercante de Veracruz, de la Universidad Marítima y Portuaria de México (UMPM) y alguien lo había recomendado para trabar en Aca Rey como primer oficial del yate.
Aunque egresó desde 2019, se quedó en trabajos informales en Veracruz hasta que decidió mudarse a otro puerto y por eso pasó a Puebla a despedirse.
El día 20 entró a trabajar y para la madrugada del 25 de octubre perdió la vida en medio del huracán Otis.