A través de un comunicado, explicó que la combinación de gases ácidos y ceniza puede estar presente a kilómetros de la erupción y causar daños pulmonares en los grupos más vulnerables.
“Este recubrimiento ácido desaparece fácilmente con la lluvia, pero puede arrastrar y contaminar las reservas de agua local. La ceniza ácida también puede dañar la vegetación y las cosechas en la región”, advirtió.
Por ello, la Secretaría de Salud exhortó a evitar el contacto con la ceniza volcánica y las actividades al aire libre; proteger ojos, nariz y boca. En caso salir a la intemperie, solicitó usar un pañuelo o cubrebocas, lentes y ropa de protección, ya que la ceniza afecta la visibilidad y daña la piel.
También recomendó no usar lentes de contacto; lavar los ojos con abundante agua si se ha expuesto a la ceniza y presenta sensación de cuerpo extraño en los ojos. Cerrar puertas o ventanas, y sellar con trapos húmedos las rendijas y ventilas para limitar la entrada de polvo a casas y edificios.
¿Cómo limpiar la ceniza del hogar?
La dependencia recomendó, además, sacudir la ceniza con plumeros para que no se rayen las superficies; tapar tinacos y otros depósitos de agua para que no se contaminen, y cubrir aparatos, equipos y automóviles para que no se deterioren ni rayen.
También aconsejó retirar continuamente las cenizas y recogerlas en costales o bolsas de plástico, cubrir las coladeras de patios y azoteas, a fin de evitar que tapen el drenaje o se acumulen en techos ligeros y provoquen su caída por el peso.