Activistas denunciaron que Medina, de 21 años, fue asesinado a golpes y a pedradas, lo que consideran indicios de que se trata de otro crimen de odio en la entidad, según las agravantes contempladas en el artículo 144 del Código Penal local. Desde su perspectiva, sería el caso 17 en territorio veracruzano en lo que va de 2019.
“La fiscalía declaró a algunos medios del país que no existió abuso sexual, ya están investigando y confirmaron lo que habíamos dicho sobre las causales agravantes”, dijo en entrevista Jazz Bustamante, activista y defensora de la diversidad sexual.
Entre las agravantes para que el asesinato sea considerado crimen de odio los activistas mencionan premeditación, alevosía, ventaja, saña, crueldad y depravación.