Reclamos a Máynez en la UAM
Durante el encuentro, también le reprocharon aceptar a Sandra Cuevas como candidata al Senado por Movimiento Ciudadano y la acusaron de expresar comentarios discriminatorios.
Ante el cuestionamiento, Máynez dijo que Sandra Cuevas debería pedir una disculpa pública por esas conductas y declaró, además, que su partido debe exigirle a ella un cambio de actitud. “Yo no lo voy a consentir de ninguna persona”, afirmó días después de hacer campaña con ella en Tepito.
A Máynez le reprocharon también que Movimiento Ciudadano no postulara a una mujer a la Presidencia de la República.
Cuando parecía que el diálogo fluía, otro grupo de estudiantes se hizo con uno de los micrófonos e interrumpía a quienes hablaban, incluido Máynez.
Esto obligó al candidato a sentarse en la orilla del templete para poder escuchar y continuar el diálogo, pese a la ronquera de su voz, con los estudiantes que sí querían plantearle dudas y que se agruparon a su alrededor.
Pese a las críticas, las interrupciones y los silbidos, el emecista prosiguió.
“Me quedó muy claro que hay una inmensa mayoría de estudiantes dispuestos al diálogo y a la reflexión. Por eso me quedé a responder todas las preguntas”, afirmaría Máynez después en redes sociales.
Sin embargo, el desorden imperó en la UAM. Estudiantes hablando por micrófonos al mismo tiempo, otros subiendo el volumen de la música de fondo y algunos más gritando.
Hasta el punto que, por minutos, al micrófono del propio Máynez le cortaron el sonido, luego de que algunos alumnos lo señalaron de interrumpir mientras ellos hablaban.
Máynez había resistido, pero aquí cedió. Con una hora de diálogo en un ambiente crítico, cuando en otras universidades juega el partido completo, los 90 minutos, Máynez hizo el primer intento de abandonar el escenario.
Pero regresó. Tomó el micrófono de nuevo, hizo otros planteamientos, y agradeció por el encuentro: “¡Que viva la UAM, que viva el diálogo!”, declaró.
Enseguida, bajó del templete entre decenas de estudiantes que lo filmaban con el celular, pues lo repudien o simpaticen con él, Máynez garantiza likes en redes sociales.
Algunos alumnos despidieron al candidato con gritos de “¡fuera!”, mientras otros lanzaban porras: “¡Máynez, Máynez!”.
En otras universidades, el emecista tarda en salir porque le piden varias fotos, le regalan playeras o hasta ven unos minutos de partidos de futbol con él. En esta ocasión la salida fue más rápida.
Máynez llegó a la van “naranja fosfo” que lo transporta, con una gran “M” trasera, entre gritos de apoyo (“¡Máynez, Máynez!”, “¡Presidente!”) y el clásico “la porra te saluda”.
Esta despedida hizo que el candidato afirmara después que “la inmensa mayoría” de la comunidad de la UAM sí quería diálogo y solo una minoría intentó cancelar el evento. “Y por eso estuvimos ahí”, publicó más tarde en la red X.
A excepción de los gritos de apoyo, que tampoco faltaron pero fueron menos frecuentes, todo fue diferente para Máynez en este encuentro universitario, libre, sin autoridades presentes, salvo cuando llegó la orden al personal de vigilancia de que más periodistas ya no ingresaran al plantel.
El diálogo en la UAM fue diferente. Aquí no sonó su pegadizo y viral jingle “Presidente Máynez”, y el candidato se enfrentó por primera vez a lo que ha declarado que está dispuesto: dar la cara, incluso en momentos de crítica y reclamos de la generación más joven, harta de los partidos políticos.
“Somos esa juventud que sobrevive y resiste, pero no gracias a tal o cual candidato, no gracias a su politiquería”, le recordó una estudiante.