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Análisis | El México machista se alista para elección presidencial entre mujeres

Las últimas encuestas sugieren que Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez tienen más probabilidades de ganar las elecciones del 2024.
sáb 09 septiembre 2023 08:00 PM
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Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum se enfrentarán en las urnas el próximo año.

Por Dave Graham

Cuando las aspirantes a la presidencia de México Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez entraron en política a principios del milenio, más de cuatro de cada cinco senadores del país eran hombres. Hoy, la mayoría son mujeres.

El ascenso de Sheinbaum, nombrada el miércoles candidata del partido gobernante para las elecciones presidenciales del próximo año, y de Gálvez, principal aspirante de la oposición, es la culminación de un rápido proceso de inclusión femenina en la política desde el año 2000.

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"Es extraordinario en un país patriarcal", dijo Josefina Vázquez Mota, quien hizo historia en 2012 como la primera mujer candidata a la presidencia por uno de los principales partidos políticos de México.

"Estoy segura que esto va a ser ya un parteaguas", añadió Vázquez Mota, una senadora que, como Gálvez representa al Partido Acción Nacional (PAN), de centroderecha, que gobernó México de 2000 a 2012.

La confirmación de que las dos principales candidatas para las elecciones del 2 de junio del 2024 serían mujeres se produjo pocos días después de que la Suprema Corte de México anulara una ley federal que criminalizaba el aborto.

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Organizaciones han celebrado que la SCJN despenalizó por vía judicial el aborto en el Código Penal Federal.

Muchas mujeres en México, que representan el 52 por ciento de la población, esperan que el gobierno que asumirá en octubre de 2024 las empodere como nunca antes.

"¡Imagínese una mujer presidente aquí donde el hombre es tan machista!", dijo María del Carmen García, de 70 años, una secretaria que dijo que el salario de las mujeres debe alcanzar al de los hombres.

Las últimas encuestas sugieren que Sheinbaum, exalcaldesa de Ciudad de México, actual favorita y candidata del presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador, o Gálvez, una empresaria convertida en senadora, tienen más probabilidades de ganar las elecciones.

Aun así, el excanciller Marcelo Ebrard, quien quedó segundo detrás de Sheinbaum en la encuesta presidencial del gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena), denunció la contienda como inequitativa y pronto podría crear una candidatura rival.

Casi la mitad de América Latina continental, incluido Brasil, ya ha elegido mujeres para encabezar sus gobiernos, pero sólo Honduras y Perú tienen actualmente presidentas. Una victoria de Sheinbaum o Gálvez las convertiría en la primera mujer en ganar una elección general en Estados Unidos, México o Canadá.

México, hogar de la segunda población católica más grande del mundo, fue durante años un bastión de ideas conservadoras y machistas que tendían a limitar el acceso de las mujeres a una vida fuera del hogar.

"Apenas ahora se empiezan a hacer esos cambios", dijo Angélica Rodríguez, de 49 años, una contadora que dijo que perdió su trabajo en el Gobierno hace dos décadas porque estaba embarazada. "Porque antes el hombre estaba a favor del hombre", añadió.

Estudios muestran que las mujeres siguen estando muy subrepresentadas en consejos de administración, reciben salarios significativamente menores que los hombres y tienen más probabilidades de trabajar en la economía informal.

Los matrimonios forzados de niñas siguen siendo una plaga en México y la violencia contra las mujeres ha ido en aumento.

Según un censo de 2020, cuatro de cada 100 niñas de entre 12 y 17 años estaban casadas o en unión conyugal voluntaria o lo habían estado.

Mientras tanto, los feminicidios, o asesinatos de mujeres por motivos de género, se han más que duplicado desde 2015, cuando se registraron 427.

Culturas cruzadas

El México moderno tomó forma a medida que el control de la Iglesia sobre la vida cotidiana desde la conquista española del Imperio Azteca comenzó a debilitarse en respuesta a la agitación secular y revolucionaria que a menudo marginaba a las mujeres, considerándolas un electorado conservador.

Sin embargo, ningún símbolo es más sinónimo de México que su santa patrona, la Virgen de Guadalupe, quien según la tradición, en 1531 se apareció a uno de los primeros aztecas convertidos al cristianismo.

La visión mariana fue fundamental para convertir a México al catolicismo, fusionar sus culturas mesoamericana y europea y hacer de la virgen algo parecido a la madre de la nación.

"Ella es la que logra esa unidad de estas dos culturas que parecían irreconciliables", dijo la excandidata Vázquez Mota.

Durante la mayor parte de la era colonial de México, las mujeres fueron en gran medida relegadas a la periferia de los asuntos públicos.

Una famosa excepción fue la monja, escritora y poeta del siglo XVII Sor Juana Inés de la Cruz, una inspiración para las feministas que chocó con la Iglesia por el derecho de las mujeres al conocimiento.

La presión para otorgar derechos a las mujeres votantes comenzó a aumentar a principios del siglo XX, especialmente en el estado sureste Yucatán, dijo Lorenzo Meyer, historiador del Colegio de México.

Los enfrentamientos en las décadas de 1920 y 1930 entre los herederos anticlericales de la Revolución Mexicana y la Iglesia desaceleraron el avance debido a la preocupación de que las mujeres, que eran consideradas más piadosas que los hombres, pudieran obstaculizar la agenda revolucionaria del gobierno, dijo.

Las mujeres mexicanas no obtuvieron pleno derecho al voto hasta 1953, 33 años después que en el vecino Estados Unidos.

Impulsadas por el fin del gobierno unipartidista en 2000 y los avances internacionales en materia de derechos de las mujeres, las reformas para aumentar su influencia política cobraron impulso. Para 2019, México había consagrado la paridad de representación en la Constitución.

Si los partidos no logran presentar al menos un 50% de candidatas mujeres, se les puede prohibir competir.

México ahora tiene el cuarto nivel más alto de inclusión femenina en el mundo en el Congreso, según la Unión Interparlamentaria, un organismo global de parlamentos nacionales. Está muy por delante de Brasil, Gran Bretaña y Estados Unidos, donde sólo una cuarta parte de los senadores son mujeres.

Hoy, dijo Vázquez Mota, su compañera del PAN, Gálvez, ya no tenía que responder constantemente si México estaba preparado para una presidenta.

"Esa pregunta a mí me acompañó todos los días en mi campaña y todas las noches también y en todos los rincones del país", recordó.

Las encuestas indican que México está listo.

Un estudio publicado en mayo por la agencia nacional de estadísticas, INEGI, mostró que más de nueve de cada 10 personas apoyaban mucho o algo tener una mujer presidenta.

La ley mexicana restringe a los presidentes a un solo mandato de seis años.

Desde la campaña electoral de 2018, más mujeres han ganado gubernaturas que en el resto de la historia de México; el país también ha nombrado a su primera presidenta de la Suprema Corte y gobernadora del banco central. El Congreso Federal ahora es mitad femenino.

Gabriela Cuevas, exlegisladora federal y primera persona mexicana en encabezar la Unión Interparlamentaria, dijo que las victorias políticas eran sólo parte de un viaje más largo: "Eso que se ha logrado en la política, falta lograrlo en todas las esferas que repercuten en la vida de las mexicanas mujeres y niñas", dijo.

La tasa de pobreza laboral ha ido mejorando en México, pero al final del primer trimestre todavía afectaban a casi el 38% de la población, según datos oficiales.

El grupo de análisis México Como Vamos informó en mayo que por cada 100 hombres en pobreza laboral, había 112 mujeres.

La brecha salarial mediana entre mujeres y hombres en México es del 16.7%, ligeramente menor que en Estados Unidos, según datos compilados en 2022 por el grupo de países desarrollados de la OCDE. Pero más amplia que en Brasil (11.1%), Turquía (10%) y Argentina (6.3%). El INEGI eleva la brecha a 42%, con base en el ingreso promedio.

Un estudio de 2022 entre 182 empresas que cotizan en bolsa realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) mostró que las mujeres ocupaban el 11% de los puestos en los consejos de administración y constituían solo el 4% de los directores generales.

(Reporte de Dave Graham; reporte adicional de Stefanie Eschenbacher y Alberto Fajardo; editado por Stephen Eisenhammer y Claudia Parsons; escrito por Adriana Barrera)

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