José Ramón Cossío, ministro en retiro de la SCJN, alertó sobre que existe una tentación de afectar la división de poderes.
"(También) preocupan los ejercicios injerencistas que vienen de fuera de los órganos, como la claudicación de quienes integran esos órganos que están dispuestos a ceder", advirtió.
Cossío añadió que la búsqueda de un hombre fuerte que tome las decisiones "ha terminado con enormes desgracias para la humanidad".
Clara Jusidman, fundadora de la asociación Incide Social, señaló: "(Las organizaciones civiles) no somos mediadoras, no somos corruptas, no somos neoliberales, somos simplemente una sociedad civil heterogénea y compleja".
"Reclamamos, acusamos y exhibimos a funcionarios y gobiernos corruptos, abusivos, asesinos, torturadores, mentirosos y coludidos con el crimen organizado", añadió Jusidman. "Nos negamos como sociedad civil a ser callados, acusados, insultados, maltratados y perseguidos. No estamos dispuestos a retroceder (…) bajo la acusación de que no hicimos nada, que guardamos silencio y que somos iguales a quién sabe quién".
El sacerdote Miguel Concha Malo, vicepresidente de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, planteó la gravedad del debilitamiento del diálogo entre el Estado y las organizaciones de la sociedad civil.