CDMX: de "ciudad santuario" a refugio de migrantes en camellones y plazas
Organizaciones coinciden en que el gobierno capitalino dejó de ejercer acciones en beneficio de la población migrante, a fin de dispersarlos y orillarlos a que regresen a sus países de origen.
Frente al templo de La Soledad, a unas cuadras del mercado de La Merced, Daniel, un migrante venezolano de 28 años, observa cómo su hija de cinco años juega junto a una decena de niños de distintas edades y nacionalidades. Esta semana, su principal tarea es cuidar a la pequeña mientras su pareja trabaja como vendedora ambulante en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Desde que llegaron a la capital del país hace seis meses, ambos se turnan para asumir estos roles y conseguir unos cuantos pesos que les permitan sobrevivir en el campamento improvisado en la plaza de La Soledad.
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Daniel es uno de los cientos de migrantes que han convertido esta zona de la ciudad en un refugio temporal, donde enfrentan hacinamiento y condiciones insalubres, ante la falta de atención de autoridades locales y federales. Esto, a pesar de que la Ciudad de México fue declarada “Ciudad Santuario para Migrantes” desde 2017.
Para Daniel, cada día que pasa se acerca al límite de lo que considera humanamente soportable como migrante. Su esperanza de obtener una cita en el sistema CBP-One (Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos) para entrar a ese país como refugiado parece desvanecerse con el tiempo y con el retorno del presidente Donald Trump.
“Ya no puedo más, ya tengo fecha. Si no me sale la cita (del CBP-One) en febrero me devuelvo a Colombia (donde vivió los últimos siete años) porque a Venezuela no regreso”, afirma sin titubeos.
El 6 de abril de 2017, el entonces jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, publicó en la edición 43 BIS de la Gaceta Oficial una declaratoria que establecía a la capital como “Ciudad Santuario” para migrantes.
Mancera justificó esta medida como una respuesta al endurecimiento de las políticas migratorias del entonces presidente estadounidense, Donald Trump, que derivaron en la deportación masiva de migrantes centro y sudamericanos hacia México, ante el aumento de caravanas que cruzaban el país.
"Existe actualmente una tendencia específica de ataques y señalamientos injustificados con la promoción de mensajes racistas y xenófobos. Es por lo que el Gobierno de la Ciudad de México tiene el compromiso de reconocer los derechos de todas las personas que ingresen a su territorio, declarando a esta capital como una Ciudad Santuario, y con ello darles la bienvenida y abrirles las puertas de su Ciudad", señala la declaratoria.
Bajo ese documento, el gobierno capitalino estableció tareas y acciones específicas a todas las dependencias de carácter obligatorio, para atender a la población migrante con el establecimiento de operativos acompañamiento y seguridad, hasta darles opciones de empleo, acceso a programas sociales y comedores comunitarios.
En ese contexto, el gobierno de la ciudad habilitó un campamento en el estadio Jesús Martínez “Palillo”, ubicado en el deportivo Magdalena Mixhuca, para recibir a más de 4,000 migrantes, con todo el gobierno volcado en la atención a la población en situación de movilidad humana.
Con el paso del tiempo, el campamento fue disminuyendo su capacidad y las acciones de apoyo para los migrantes también. En febrero de 2019, bajo la administración de Claudia Sheinbaum, el refugio cerró de manera definitiva, dejando a los migrantes en la necesidad de buscar otros espacios dentro de la ciudad para instalarse en campamentos improvisados.
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Los migrantes en la actualidad
Desde 2021, las caravanas de migrantes comenzaron a considerar la Ciudad de México un lugar relativamente seguro en su tránsito hacia la frontera norte en el que podían esperar mientras esperaban su cita en el sistema CBP-One. Durante este periodo, podían solicitar ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) un permiso temporal de hasta seis meses para permanecer legalmente en México.
La ubicación inicial de la Comar en la colonia Juárez de la alcaldía Cuauhtémoc, provocó que la plaza Giordano Bruno y calles aledañas se saturaran de migrantes, lo que generó inconformidades y enfrentamientos con vecinos. En respuesta, el gobierno federal trasladó las oficinas a la alcaldía Tláhuac e instaló un campamento temporal en el bosque, lo que cerró de manera sorpresiva en diciembre de 2023.
Tras el cierre, miles de migrantes se asentaron en un campamento improvisado al exterior del bosque, hoy nombrado como “la pequeña Haití”, mientras otros buscaron refugio en diferentes puntos de la ciudad, como el camellón de Eje Central, frente a la Central de Autobuses del Norte, en la colonia Vallejo y en la colonia Granjas San Antonio, de Iztapalapa, donde la Comar fue nuevamente reubicada en 2024.
La plaza de La Soledad pasó de ser un parque público en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México a un refugio improvisado para cientos de migrantes que, tras meses de espera, sobreviven en condiciones precarias e insalubres.
A lo largo de todo el parque, pequeñas casas de cartón, madera y plástico fueron levantadas como viviendas temporales en las que apenas cabe una cama individual y duermen familias completas.
Otros migrantes adaptaron sus espacios no sólo a vivir y descansar por las noches, sino a ejercer el comercio o un oficio por el día. De ahí que se pueden apreciar, desde pequeñas tiendas de abarrotes, reparación de aparatos electrónicos, hasta cortes de cabello y barberías.
Michael, un joven haitiano, tiene su barbería al interior del parque La Soledad. Cobra 100 pesos el corte sencillo y 150 si es con diseño “moderno”. Dice que es su única forma de sobrevivir, mientras espera con ansias que su cita ante autoridades de Estados Unidos se concrete.
“Lo que gano aquí es para comer y vivir al día, tengo dinero ahorrado por si me dan mi cita en CBP-One. Si pasa inmediatamente me voy a la frontera con Estados Unidos sin dudarlo” afirma, mientras afina un corte.
En el campamento también se puede apreciar el aroma de la comida que ahí se prepara. Desde arepas venezolanas, ragú haitiano, hasta pupusas salvadoreñas, platillos típicos que se venden a precios accesibles dentro de la comunidad migrante. Algunos los compran para alimentar a sus familias; otros, en busca de ingresos, los colocan en charolas de unicel para ofrecerlos a comerciantes y transeúntes en calles del Centro Histórico.
Advierten fin de la 'ciudad santuario'
Para Juan Martín Pérez, coordinador de la asociación “Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe”, la política migratoria mexicana se decide en Estados Unidos.
Recuerda que la política de “Ciudad Santuario” en la capital, cambió cuando el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, amagó a México para buscar una renegociación del Tratado de Libre Comercio, estrategia que busca replicar en 2025, lo que agudizará la crisis migratoria y
Por ello la CDMX como ciudad santuario, considera, está destinada a desaparecer.
“(Las autoridades) han estado dispersando los grupos (de migrantes) los detienen, los regresan a sus países, hacer un embudo para la población migrante, es una decisión estratégica, entonces lo que viene pinta feo a partir de enero” afirma.
El también especialista en temas migratorios, advierte que a este panorama adverso se suman las extorsiones del crimen organizado, los delitos de los que son víctimas, los abusos de autoridad y la corrupción.
Wilner Metelus, presidente del Comité Ciudadano de Defensa de los Naturalizados y Afromexicanos, se dice preocupado porque la crisis migratoria se agudice a partir de enero de 2025 y que además se acompañe con xenofobia por expresiones lanzadas desde Estados Unidos.
“Hemos visto que se disminuyó el apoyo a los migrantes en el actual gobierno, esto responde a una estrategia. Las autoridades no deben descuidar la atención a los hermanos migrantes, son personas que huyen de sus países por falta de oportunidades y si en México ya no se garantiza esta protección, no se cumple con su estatus de ciudad santuario” afirma.
A través de un comunicado en septiembre de 2024, la organización Médicos Sin Fronteras, advirtió un abandono institucional en los últimos años. Asegura que los migrantes se ven obligados a vivir en las calles sin atención sanitaria y sin recibir protección.
"Definitivamente ya no es posible hablar de Ciudad de México como un santuario para la población migrante”, advierte Israel Reséndiz gestor de actividades móviles de Médicos Sin Fronteras.
La organización alerta que la falta de espacios seguros para migrantes dispararon los casos de violencia sexual, cobro de uso de suelo, secuestro y trata de personas.
La CDMX cambia la política a migrantes
Al conmemorar el Día Internacional del Migrante este 18 de diciembre, la jefa de gobierno, Clara Brugada anunció un replanteamiento de la política de atención a personas en condición de movilidad humana. Entre las principales acciones están:
Rediseñar el padrón de huéspedes.
Acompañamiento y agilización de trámites ante Comar y el Instituto Nacional de Migración.
Habilitar nuevos refugios para migrantes para evitar campamentos improvisados en la vía pública y parques.
Creación de un fondo de coinversión de apoyo económico a organizaciones civiles dedicadas a la protección de migrantes.
La mandataria capitalina fijó como meta que a más tardar en marzo de 2025 no haya campamentos de migrantes en las calles y estos sean trasladados a refugios.
Nombró al exdiputado Temístocles Villanueva como nuevo encargado de atención a migrantes en la Ciudad de México, organismo que reunirá y gestionará todos los programas gubernamentales de apoyo a este sector de la población.