“En pescaderías, el porcentaje de sustitución alcanza el 55 %, es decir, una de cada dos veces cuando se vende bacalao, se trata de una especie diferente. En ocasiones, se comercializa tiburón martillo, una especie en peligro, como si fuera bacalao. De esta forma, los consumidores, sin siquiera saberlo, compramos especies de gran importancia para los ecosistemas marinos y que están en peligro. Otras veces, se hace pasar tiburón toro o tiburón puntas negras (especies amenazadas) como bacalao”, dijo Mariana Aziz, Ddirectora de Transparencia de Oceana.
“En ocasiones se vende tilapia como bacalao, una especie de acuicultura cuyo valor es hasta cinco veces menor que el precio del bacalao. Esta práctica afecta los bolsillos de las personas que consumen pescados, al pagar altos precios por especies de menor valor comercial”, recordó la organización.
“Sin una Norma de Trazabilidad de pescados y mariscos no podemos estar seguros de que la especie que nos ofrecen es realmente la que anuncian, se abre la puerta a la pesca ilegal y se pone a las comunidades nacionales de pescadores en desventaja frente a pescado extranjero, muchas veces chino”, destacó.
Oceana dijo que si se aprueba la Norma de Trazabilidad, los consumidores finalmente podrán tomar decisiones de compra informadas y responsables, sin contribuir involuntariamente a la extinción de especies en peligro.
“De lo contrario, esta Navidad, muchos habremos comprado especies de mucho menor valor comercial como tilapia, y habremos pagado hasta cinco veces más de su valor, al creer que se trata de bacalao”, indicó.