Entre el tráfico vehicular, la saturación del transporte público y algunas calles llenas de lodo por las lluvias previas, más de 24 millones de alumnos de educación básica reiniciaron clases de manera presencial.
Mientras padres, madres, niñas y niños corrían en la fría mañana para llegar puntuales a las 230,000 escuelas de preescolar, primaria y secundaria que reabrieron sus puertas este 29 de agosto, por tercera ocasión, la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Delfina Gómez, se despedía de la dependencia en Palacio Nacional.
“Estamos muy contentos de darles la bienvenida a este nuevo ciclo escolar, que se desarrolla desde su inicio de manera presencial, lo cual ya anhelábamos y deseábamos todos”, dijo en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Monserrat López, una madre de 33 años, no escuchó el mensaje de la exsecretaria de Educación Pública. A esa hora, minutos después de las siete de la mañana, alistaba a sus dos hijas, de 9 y 10 años, para el regreso a clases.
En la colonia Cardonal Xalostoc, de Ecatepec, Estado de México, donde viven, las lluvias convirtieron en lodo la terracería que rodea la escuela donde estudian las niñas.
“En la escuela donde van mis hijas están arreglando la calle. Uf, lleva años y no ha podido quedar. Entonces, por las lluvias hay un tremendo lodazal y eso aumentó el tráfico. Los papás que llevaban a sus hijos en carros pasaban muy despacio y sí hubo un poco de relajo ahí”, contó.
En varias familias el regreso a clases 100% presenciales se recibió con alegría. Padres, mamás, abuelitos y hasta tías acompañaron a las niñas y niños a las escuelas. “Todos querían ir a dejarlos porque es su primer día de clases. Incluso, sí se veía más gente que antes de salir de vacaciones”, dijo Monserrat.
El júbilo por el regreso a clases es, quizá, porque la posibilidad de tener un ciclo escolar normal aumenta la esperanza de que la pandemia y sus impactos económicos pronto queden atrás.
Fue difícil en este momento, donde la economía no está bien. Ahorita, por ejemplo, ya regresaron y el uniforme es obligatorio, y llevan tres: uniforme blanco, azul y el pants. Entonces, pues sí, sí afectó”
Delfina Gómez lo reconoció también en Palacio Nacional: “Nuestro presidente observaba que muchos pequeños no seguían la escuela debido a falta de recurso económico y eso más adelante lo pudimos constatar”.
La funcionaria presumió que en 2022 se asignaron 44,629 millones de pesos a las Becas para el Bienestar Benito Juárez y 3.8 millones de niñas, niños y adolescentes de educación básica son beneficiarios de ese programa, pero Monserrat y sus hijas no saben nada de ese apoyo.
Compañeros de clases de sus hijas, incluso, abandonaron la escuela por falta de acceso a computadora e internet, comentó.
“Sí hubo niños que dejaron de ir a la escuela. Cuando empezó la pandemia, mi hija chiquita iba en primero y un niño de su grupo no se conectó a clases. Cuando el niño regresó a la escuela, ya iban en tercer grado y no sabía el abecedario. Entonces, dejó de ir a la escuela”, aseguró.
La primaria donde sus niñas estudian el cuarto y quinto ni siquiera contaba con recursos para adquirir insumos sanitarios.
“Esa escuela no tuvo insumos o material, porque el director nos comentó que el gobierno no les apoyó en el aspecto de darles, a lo mejor, un termómetro o el gel antibacterial, cosas de ese tipo. Entonces, los padres de familia tuvimos que cooperar para que se compraran para la escuela”, afirmó la joven.
Sin embargo, ni esas dificultades ni la mañana fría nublaron el regreso a clases de sus hijas.
“A mis hijas les dio mucho gusto regresar a clases. Aquí en la casa, la verdad, se aburrían, no comprendía muy bien todos los temas. Y ahorita que regresaron iban súper entusiasmadas”, compartió.
Caos, tráfico y retrasos
"Es un caos, ya vamos súper tarde", dice Lorena, quien viaja de Chimalhuacán, Estado de México, a la alcaldía Cuauhtémoc para dejar a sus dos hijos en el preescolar e ir a trabajar.
Su hora de entrada es a las 8:00 horas, sin embargo, por el tráfico de esta mañana, son las 7:49 y apenas se encuentra en la fila de Pantitlán para abordar un RTP del servicio de apoyo por el cierre de la Línea 1 del Metro.
Guadalupe llegó media hora tarde para dejar a su nieto en la primaria Estado de Oaxaca, en colonia Agrícola Pantitlán, y tuvo que esperar a que terminara la ceremonia de honores a la bandera para que le permitieran ingresar.
Aunque en camión suele llegar en 15 minutos, esta mañana le tomó 40.
"Está el tráfico horrible, hoy fue un día de caos. No está tan lejos, pero alguien se descompuso o no sé si chocarían pero se hizo el tráfico", cuenta en entrevista.
Ante el cierre parcial de la Línea 1, personal del gobierno capitalino organizó el flujo de pasajeros en Pantitlán, desde donde abordaron unidades del RTP, cuya ruta fue dividida entre Pino Suárez y Balderas para agilizar el transporte.
Sin embargo, las unidades del RTP tuvieron que buscar espacio para salir de entre los camiones y combis con rumbo a Pantitlán y Zaragoza, que descargaban pasajeros sobre la avenida.
La Línea 9 del Metro también lució llena, cerca de las 8:00 horas, al llenarse los vagones desde la terminal Pantitlán: esta línea es una de las principales alternativas ante la suspensión del servicio en la Línea 1 de Pantitlán a Salto del Agua.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) vigiló el regreso a clases con sobrevuelos de tres Cóndor y la presencia de elementos en las escuelas públicas de educación básica, Cetrams y senderos seguros, informó la dependencia.