Innovación de movilidad: tranvía en la CDMX
El tranvía fue un parteaguas para la evolución del transporte público en la CDMX. El Mirador de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (STC) apunta que todo comenzó el 15 de enero de 1900 cuando circuló el primer tranvía eléctrico que iba del Zócalo a la población de Tacubaya.
Esto significó dejar de lado a las carretas y mulas que las jalaban para dar paso a la modernidad y el ahorro de tiempos.
Las cabinas de los primeros tranvías estaban hechas de madera, tanto las paredes como las bancas, tenían grandes ventanales y circulaban a una velocidad promedio de 30 km/h en las vías dispuestas sobre la calle. El chofer, uniformado, manejaba siempre de pie en un espacio semi cubierto separado de los pasajeros.

“En los talleres de Indianilla fue ensamblado el primer tren eléctrico de la compañía JG Brill dotado con 24 asientos de madera, cortinillas parasol en sus doce ventanas al principio, seis en cada costado”, relata la SCT.
Eventualmente, este tipo de carros cambiaron, tenían mayor capacidad para personas sentadas - primero 36 y luego 48- para finalmente dar paso a nuevo modelo en el siglo XX.
Según apunta la STC, estos nuevos carros (denominados PCC o "Pennsylvania Car Company”) con capacidad para 100 personas comenzaron a operar en 1954. En lugar de madera, éstos eran metálicos y de colores marfil con franjas verde oscuro por fuera. También eran más veloces, alcanzaban los 60 km/h.

“(…) el imaginario colectivo los recuerda, entre otros motivos, porque en el retriver o tensador de la parte posterior del tranvía, donde se aseguraban los cables, viajaban gratis “de mosca” niños y jóvenes intrépidos”.
En 1984 estos tranvías dejaron de prestar servicio, sin embargo, sus vagones en grupos de tres fueron aprovechados para formar el Tren Ligero que llegó a cubrir las rutas Taxqueña – Xochimilco y Huipulco-Tlalpan. De esta forma, los tranvías PCC continuaron brindando servicio hasta 1995 cuando fueron reemplazados definitivamente por unidades nuevas.

