¿Cómo funciona el ingreso por QR?
La estación Chilpancingo tiene dos accesos o zonas de torniquetes para ingresar a los andenes. En cada una hay cuatro máquinas que cumplen con dos funciones: recarga de tarjetas de movilidad o compra de código QR.
En cada máquina, la pantalla táctil advierte que el dispositivo no da cambio, por lo que se debe ingresar el monto exacto de cinco pesos por viaje.
El usuario debe tocar la opción de compra, seguida de la opción de código QR. La tercera pantalla es para confirmar que se quiere adquirir un viaje con código QR.
La máquina pide que el usuario ingrese la moneda o monedas y, una vez completado el monto, el pase se imprime. El ticket solo es válido por 10 minutos, no se puede conservar por varios días.
Aunque hay personal del Metro que apoya a los usuarios a adquirir los códigos QR y colocarlos correctamente para ingresar, a casi tres meses de su implementación, aún hay personas a quienes se les complica el cambio.
Miguel Ángel tiene 28 años y, aunque se le puede considerar un usuario millennial, señaló que sigue prefiriendo el boleto clásico sobre la tarjeta de movilidad o el código QR.
"Pues no es difícil (manejar las máquinas), es más sencillo, pero me gusta más el boleto del Metro, pero bueno, la modernidad que va surgiendo, digo, está bien; al fin y al cabo, se tienen que cambiar algunas cosas, ¿no?", expresó.
A diferencia de otras estaciones, donde solo existe un torniquete que acepta boletos magnéticos, en Chilpancingo todos los dispositivos tienen lectores de tarjetas o códigos QR.
Paola, otra usuaria, se enfrentó con esto. Llegó a la estación con boleto magnético en mano, pero al no haber ranura para ingresarlo, la oficial de seguridad le pidió que lo rompiera y le abrió el paso con la tarjeta que se ocupa para dejar ingresar a los adultos mayores.
"Es que casi no ocupo el servicio, la desaparición del boleto está bien, pero para personas que no lo ocupamos mucho pues sí es más flexible el boleto, no he utilizado el código QR porque casi no uso el servicio", contó.
Giovanni, usuario constante de la estación, afirmó que los códigos o la tarjeta son más fáciles de usar, aunque él sigue prefiriendo ir a las taquillas en vez de utilizar las máquinas.
"Está bueno el sistema, que lo hayan cambiado, porque luego los boletos ya no agarraban por más que los metieras, mejor los policías lo agarraban y te lo rompían; voy a la taquilla, como voy rápido, la taquilla se me hace más fácil, porque las máquinas me cuestan un poco de trabajo porque todavía no estoy asociado", reconoció.