El incremento de casos de COVID-19 en la Ciudad de México no sólo provocó el regreso al semáforo amarillo, sino que ha puesto la atención sobre el aumento de los casos en personas jóvenes.
Las hospitalizaciones en la ciudad se incrementaron en 11.7% en la semana del 18 al 25 de junio, cuando pasaron de 641 a 716 pacientes; la tendencia se ha mantenido, pues al 28 de junio se registraron 785 camas ocupadas, lo que representa un aumento del 22.5% en menos de dos semanas.
“En particular todo el incremento lo estamos viendo reflejado en los grupos de edad de 18 a 29 años y 30 a 39 que llegaron a su mínimo hace también casi un mes y han venido subiendo de manera más rápida”, indicó Eduardo Clark, director de Gobierno Digital de la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP) en conferencia de prensa el 25 de junio.
Aunque el registro para la vacunación de personas de 30 a 39 años ya se inició en la página de la Secretaría de Salud, aún no hay fecha para su inicio en la capital y para los jóvenes de 18 a 29 años se desconoce cuándo serán vacunados.
En la ciudad, el 85% de los adultos de 60 años en adelante tienen al menos una dosis de la vacuna, mientras en personas de 50 a 59 años es el 88% y de 40 a 49 años es del 46%.
Rafael Bojalil Parra, investigador del Departamento de Atención a la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)- Xochimilco, explica que con el avance de la vacunación enfocada en personas mayores, es previsible el incremento de casos en jóvenes.
“Empieza a disminuir la población susceptible que es la población mayor de 50 años entre que ya se enfermó, ya lo vacunaron o por desgracia murió. Ahora son más susceptibles quienes están en sus treintas y apenas van a empezar a vacunarse, los que están en sus veinte todavía no tienen esa oportunidad", expresa el investigador en entrevista con Expansión Política.
Abunda que es "totalmente esperable" desde la biología de los virus que se desvíe e infecte de manera mucho más agresiva a personas de menor edad.
Una de estas variables, conocida como Delta, ha causado preocupación al identificarse que tiene una mayor velocidad de transmisión y evita mejor las defensas del sistema inmunológico, por lo cual, tiene mayor posibilidad de afectar a personas jóvenes.
“Hay que tener presente que están apareciendo variantes con cierta frecuencia que pueden tener cambios en la capacidad de infectar a distintas poblaciones, incluyendo a los más jóvenes”, apunta Bojalil.
De acuerdo con el portal microreact.org , se han ubicado muestras de la variable Delta en la Ciudad de México, así como Baja California Sur, Nuevo León, Puebla y Guerrero, a partir de muestras tomadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Mientras se mantenga una parte significativa de la población sin vacunar, el virus tendrá oportunidad de continuar su transmisión y seguir mutando, por lo cual es importante acelerar la vacunación en la capital y el resto del país, señala Bojalil.
Malaquías López Cervantes, profesor de Salud Pública en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advierte que en el país no se ha dado el seguimiento necesario ni se ha informado lo suficiente a los habitantes sobre el riesgo de una variante como la Delta.
“No sabemos bien cuánto ha penetrado ni exactamente por dónde anda la variante. Ni lo buscan, ni lo cuantifican, ni ubican claramente cuál ha sido la condición de mezcla de variantes que estamos viviendo en México; los datos que tenemos creo que son muy inadecuados.
“Incluso después de las elecciones la velocidad de la vacunación ha disminuido mucho”, comenta.
El académico de la UNAM identifica como uno de los principales factores del incremento de casos a la apertura de actividades en la ciudad, que se mantuvieron incluso pese al regreso a semáforo amarillo, salvo las clases presenciales que fueron suspendidas.
“Es de esperarse porque se abandonaron las medidas de protección. Con la apertura de actividad social, al intensificarse aún más con el semáforo verde por ejemplo, incluyendo la apertura de las escuelas, se provoca una mayor cantidad de contactos entre las personas”, señala.
Ante la posibilidad de una tercera ola en la Ciudad de México, que ha sido la entidad con más contagios con 681,574 casos acumulados y 44,429 muertes de personas con COVID-19, López Cervantes considera que de presentarse será con una menor intensidad que los momentos más críticos de la pandemia vividos entre diciembre y enero.
“La situación epidemiológica poblacional ha cambiado de manera marcada, por ejemplo ya que los grupos de mayor edad se encuentran cubiertos por la vacuna. No vamos a tener un escenario de caos como en noviembre, diciembre y enero, pero sí tenemos un repunte”, expone el profesor de la UNAM.
