Benjamín Torres García ha dedicado 40 de sus 55 años de vida a la recolección de basura y esta época no ha sido la excepción: no ha parado de trabajar desde que comenzó la emergencia sanitaria por COVID-19 que enfrenta la Ciudad de México.
“El mismo cuerpo hace defensas porque llevamos expuestos años, la gente que no está acostumbrada muchas veces nada más con ver eso se enferma”, responde Benjamín al preguntarle si le preocupa contagiarse con el coronavirus.
Mientras en algunos puntos de la CDMX como el Centro Histórico ha disminuido la producción de basura debido al cierre de negocios, en otros como Tlatelolco la cantidad de desechos se ha duplicado, considera Benjamín.
“La gente empezó a comprar de más: verduras, abarrotes, y por consiguiente eso no dura mucho tiempo. Hay demasiada basura, sobre todo lo que es comida que se les echa a perder y va pa’ fuera”, dice acerca de los vecinos.
“Antes aprovechaban el fin de semana para limpiar y el lunes sacaban más basura; ahora ya no son los lunes, ya son todos los días que se nos ha sobrecargado el trabajo”, explica el hombre, quien desde hace 30 años recorre los edificios de Tlatelolco, en la alcaldía Cuauhtémoc.
Con alrededor de 15,000 departamentos en edificios multifamiliares, la campaña #QuédateEnCasa —pensada para prevenir contagios— ha derivado en que se generen más desechos.
Benjamín afirma que es casi inevitable encontrarse con vidrios rotos y llevarse alguna cortada. Sin embargo, ahora lo que le preocupa es hallar un cubrebocas suelto entre las bolsas.
“Hay mucha gente que le vale grillo y lo arroja donde sea; hay otra, mínima, que nos lo da en una bolsita, sobre todo material que ocupa cuando una persona está enferma: medicinas, cubrebocas, jeringas”, dice el trabajador.
“Si queda el cubrebocas tirado, nosotros los andamos recogiendo. La gente no sabe que ahí lleva el virus, mucha gente no sabe que todo eso debe ir aparte, en bolsas”, advierte.
Situaciones como esta ponen de manifiesto que la Ley de Residuos Sólidos de la CDMX, que establece la obligación de los ciudadanos para separar sus desechos, queda imcumplida desde que entró en vigor, en julio de 2017.
De forma similar, tampoco se ha seguido la reciente recomendación de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) sobre separar y marcar los desechos de material médico o que puedan representar un riesgo de contagio para otras personas. Benjamín estima que apenas una décima parte de las personas lo hace así.
Sus décadas de servicio han permitido a Benjamín ser trabajador de base. En contraste, sus compañeros más jóvenes ganan solo 1,466 pesos a la quincena. Se trata de las personas de Nómina 8, quienes son alrededor de 5,000 empleados de limpia en la ciudad.
Mientras tanto, los cerca de 10,000 voluntarios —como inició Benjamín a los 16 años— no reciben ningún sueldo o prestación, sino solamente las monedas que les dan los vecinos a cambio de llevarse su basura.
¿Cómo puedes ayudar a disminuir la propagación de #COVID19? Reduce la generación de residuos, separa, mantén en casa 72 horas y antes de entregar rocía con solución clorada (10 ml de cloro por litro de agua) #QuédateEnCasa #SalvaVidas pic.twitter.com/PlYimWCLhP
— Secretaría del Medio Ambiente (@SEDEMA_CDMX) April 28, 2020
Hace un mes, a los trabajadores de limpia les fue entregado un paquete de protección con unas gafas, guantes de carnaza, cinco cubrebocas desechables, dos litros de cloro, jabón en polvo y gel antibacterial.
Pero a pesar de que ya fue declarada la fase 3 de la epidemia en México, estos empleados aún no han recibido más material. Son algunos residentes quienes de vez en cuando les llegan a regalar un cubrebocas.
“Lógico, no es suficiente lo que nos mandan: un cubrebocas lo usamos dos o tres días y va para afuera, ya no lo podemos seguir usando, por lo mismo de que trabajamos con las manos sucias y al quitarlo y ponerlo se ensucia. Los dos litros de cloro los usamos ese mismo día”, dice Benjamín.
“Si no nos mandan, nosotros tenemos que comprar de nuestra bolsa. Es importante que de parte del gobierno nos sigan apoyando, porque es mínima la cantidad que nos envían”, afirma, haciendo eco de un reclamo que expresan otros de sus compañeros.
La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) considera a los trabajadores del servicio de limpia como parte de la primera línea de defensa frente al COVID-19.
“Las personas trabajadoras y voluntarias laboran arduamente y de forma ininterrumpida, a pesar de su condición de precariedad económica y de los riesgos a su salud que cotidianamente enfrentan y que ante esta contingencia se acrecientan”, señala el organismo autónomo en su Pronunciamiento 02/2020.
Por ello, pide al gobierno capitalino generar medidas integrales de protección para los trabajadores, para así garantizar que en sus labores no arriesguen su salud y su vida.
En concreto, la comisión llama a establecer niveles de prioridad y periodicidad para la recolección, dependiendo de los residuos de que se trate —orgánicos, inorgánicos o sanitarios—, a asegurarse de que las bolsas que contienen residuos sanitarios estén marcadas con claridad, así como a realizar medidas de sanitización no solo en espacios públicos, sino también en sitios de trabajo como campamentos, bodegas y vehículos.
Cuando queda al menos un mes más de cuarentena, la batalla contra el COVID-19 todavía es larga y el adecuado manejo de los residuos es tan solo uno de sus frentes.
