Los torniquetes giratorios del Metro de la Ciudad de México han comenzado a ser reemplazados por puertas de cristal y cámaras que buscan reducir las pérdidas causadas por personas que viajan sin pagar en este transporte, las cuales están estimadas en 5 millones de pesos por día.
Se trata de una prueba piloto se realiza en la estación Zócalo de la Línea 2 y con ello se dificulta que las personas puedan brincar o agacharse y pasar por debajo, pues las puertas retráctiles miden alrededor de 1.70 metros y cuentan con sensores para detectar la proximidad de personas, permitiendo el acceso hasta que se paga la entrada.