OPINIÓN. Recortes: ¿austeridad o arrebato?

Nota del editor: Caleb Ordóñez Talavera (1984) es abogado, comunicador y especialista en Periodismo digital por la Universidad Complutense de Madrid. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

CIUDAD DE MÉXICO, (ADNPolítico) - Muchos lo recuerdan con nostalgia, le llamaron “El presidente pobre”. José Mujica vive en el campo, rodeado de cultivos, perros y gallinas. Mientras fue presidente de Uruguay siguió viviendo en esa humilde granja y manejando su “bochito” azul del año 1987. Y más allá de los aplausos y la admiración mundial, los logros de Pepe Mujica del 2010 al 2015 son impresionantes, pues tomó a un país con el 40% de pobreza y lo dejó por debajo del 11% y con un nivel de desempleo de tan solo 6.5%. Además, el izquierdista hizo descender el índice de corrupción por seis puntos y su país fue considerada la nación menos corrupta en América Latina en 2015.

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A sus 83 años, aunque ya no es presidente, su voz sigue siendo atendida por miles de personas en México. El pasado 25 de julio del 2018, en una videocolumna, Mujica se dirigió al entonces presidente electo Andrés Manuel López Obrador sin siquiera mencionarlo: “Vaya paradoja. Un luchador que fracasó en varios intentos, acaba de conquistar la presidencia. Pero uno se pregunta: ¿cuánta voluntad tendrá que tener, y cuánta compañía, en el gigantesco desafío que México tiene por delante?”, dijo.

Ambos líderes son en esencia parecidos, ambos buscan el modo de vida humilde y concuerdan en que los presidentes deben vivir de la manera que vive la mayoría de sus ciudadanos. Hablan de temas como la felicidad, han sido discriminados por su edad, tienen una gran aprobación por los más necesitados, viajan en aviones comerciales, se han negado a tener guardias personales, se redujeron el sueldo y se negaron a residir en una casa de gobierno. Sin embargo, si en algo difieren es en el concepto de “austeridad”.

Para Mujica, la austeridad es una concepto que prostituyeron los gobernantes socialistas de Europa, pues “esta palabra se relaciona con medidas de recortes en sanidad, educación, pensiones y despidos” y asegura que éste no es el camino al cambio. En cambio, para el presidente de México, es muy necesario hacer recortes y reducir los presupuestos en distintas áreas. Según la Secretaría de Hacienda, desde la llegada del nuevo Gobierno a la fecha, van un poco más de 10,000 despidos de trabajadores. Se estima que para mediados del año serán más de 50,000 los despedidos.

Golpe al presupuesto

Una polémica reciente y creciente para el naciente gobierno es la reducción de presupuestos que promueve para el Instituto Nacional Electoral (INE), de 950 millones de pesos (mdp); y al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de 500 mdp, así como la suspensión de 14 proyectos de encuestas que son importantes para organizaciones civiles especializadas en periodismo, la lucha contra la corrupción o desinformación.

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Más de 80 organizaciones, como el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, Documenta, Fundar, Centro de Análisis e Investigación, México Evalúa, México Unido Contra la Delincuencia y el Grupo de Información en Reproducción Asistida, entre otras, pidieron formalmente al INEGI una explicación clara sobre los recortes al presupuesto y la cancelación de las encuestas.

La organizaciones concuerdan con tres aspectos básicos; el primero de ellos es que los datos que recabe el gobierno deben ser certeros, viables y oportunos, pues esto es básico para conocer las necesidades de la población a fin de diseñar, monitorear y evaluar políticas públicas adecuadas y eficientes.

La segunda es que algunos proyectos cancelados permitían monitorear la situación de poblaciones discriminadas, como los campesinos, las personas en situación de pobreza, las personas privadas de la libertad, usuarias de sustancias psicoactivas, mujeres, niñas y niños, personas con discapacidad, entre otros.

Por último, la cancelación de las encuestas promueve invisibilidad de los grupos vulnerables, pues no se contará con datos sobre su situación, ni sobre las posibles vulneraciones a sus derechos lo que perjudicará el desarrollo de políticas públicas que garanticen sus derechos humanos.

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Acciones enigmáticas

En cuanto a la reducción de casi 1,000 mdp al INE, Gustavo de Hoyos Walther, presidente de la Coparmex, dice que la autonomía de la democracia electoral “está bajo amenaza”, ya que el recorte merma la autonomía del INE y le impide una participación eficaz en la organización de los comicios electorales de este año. Además, “limitará la expedición gratuita de millones de credenciales para votar y la fiscalización a los recursos de partidos políticos, entre otras acciones prioritarias”.

Hay una gran duda de cómo puede a los ciudadanos afectarnos positivamente que los institutos que buscan su consolidación y credibilidad sean aminorados en su funcionamiento.

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México vivió una elección federal “limpia y segura”, donde la izquierda triunfó y el mismo partido Morena aplaudió. ¿Por qué habrían de golpear al INE? Y peor aún, en un país que justamente necesita mucha más información, donde el silencio es un doloroso enemigo público, es cuando más se debe fortalecer al INEGI y no debilitarlo.

¿Podría José Mujica asesorar al gobierno mexicano sobre cómo sacar adelante a las instituciones sin necesidad de golpear sus presupuestos o despedir trabajadores? Finalmente, Mujica le mostró al mundo que se puede ser un gobernante humilde sin dar coscorrones o depreciar a las instituciones, sino sanearlas por dentro.

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