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OPINIÓN: Te están robando… ¿Está bien?

Aunque el delito (del huachicoleo) es desorbitantemente millonario y podría propiciar violencia, el cáncer sí puede ser extirpado, opina Caleb Ordóñez.
vie 11 enero 2019 09:10 AM

Nota del editor: Caleb Ordóñez Talavera (1984) es abogado, comunicador y especialista en Periodismo digital por la Universidad Complutense de Madrid. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

CIUDAD DE MÉXICO (ADNPolítico) – De pronto llegó el mensaje a mi teléfono “El retiro en ventanilla ha sido realizado con éxito”, seguido por la cantidad de dinero que constituía mis ahorros, un desconocido había vaciado mi cuenta de banco en minutos. No quedaba nada.

Entiendo la furia que se siente ser robado, la frustración, confusión, decepción y coraje. Podrás entender la difícil temporada navideña que viví.

OPINIÓN: Dolor a gasolina, la crisis llegó

Alguien suplantó mi identidad con una identificación falsa, en un robo interno, pudieron haber participado no solo el cajero, sino algún ejecutivo o el mismo gerente de la sucursal donde se ocurrió el delito. Alguien llegó a la ventanilla con toda la confianza, no le importaron las cámaras de seguridad o mecanismos de seguridad, robó mi dinero y se fue sin problema alguno, como quien tiene el derecho, la capacidad y la seguridad de que no pasará nada, aquél que es totalmente impune.

Pues bien, luego de un poco más de un mes el banco respondió, el dictamen fue a mi favor, mi dinero ya regresó a donde tenía que estar (Aunque tendrá que ser repartido en deudas acumuladas). Me aseguran directivos del banco que se está realizando una investigación minuciosa y determinante contra quienes participaron, pues no solo se trató de un delito en mi contra, ¡sino a la misma institución! Un robo doble.

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Cómo ahorrar gasolina en estos días de escasez

Sé que entiendes mi enojo, pues vives en un país donde más de 27 millones de personas han sido víctimas de un delito en 2018. Es común vivir bajo el abuso de alguien más, ya sea una estafa, extorsión, un secuestro, robo, violación, entre muchos otros.

México vive constantemente en la dependencia al silencio sobre delitos que se comenten no solo dentro de su territorio, sino en su contra.

Al menos en nueve entidades se sufre un desabasto de gasolina, lo cual ha provocado la histeria y la discordia nacional. De un lado, están aquellos que creen firmemente que esta crisis se debe a los malos manejos del “novicio” gobierno federal, en una primera prueba en la que ha fracasado.

OPINIÓN: ¿Qué aprender del desabasto de combustibles?

En las filas interminables de automóviles que buscan el vital combustible se desarrollan miles de debates sobre el tema, muchos de ellos, con ardientes fundamentos contra López Obrador y esa medida drástica de cerrar los ductos. “¡Es mejor que roben el petróleo a que nos dejen sin gasolina!”, aseguran algunos.

La polémica senadora Xóchitl Gálvez pide que se abran de inmediato los ductos, pues la estrategia es incorrecta. “Es como hacer campeón al Cruz Azul quitando a todos los equipos de futbol. Así, me canso ganso que gana el campeonato", dijo ante el pleno de la Cámara Alta. Para ese grupo extenso de personas hay que combatir el huachicoleo, pero no por ahora, pues el gobierno actual no lo hace de la manera correcta. Exigen: "¡Devuelvan la gasolina!".

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¿Qué fregados es el huachicoleo y a quién le importa?

Huachicol proviene del latín aquati, que significa aguado, y en el siglo XVI se utilizó esa palabra en Francia para señalar la pintura de mala calidad, le llamaban “gouaché”. Tiempo después en México, personas que empezaron a vender bebidas alcohólicas adulteradas de tequila o agua ardiente, se les llamaron “guachicoleros”; ya luego en el siglo XX, aquellos que se dedicaban a comercializar combustible utilizaron estas mismas prácticas delictivas y es como hoy conocemos a los “huachicoleros”.

Un “sabotaje” causó el problema de desabasto de gasolina en CDMX, dice AMLO

La importancia que tiene este imperio en nuestro país es conocido por generaciones, pero quizá nunca había tenido una presencia tan grande en todos los medios de comunicación como hoy. El problema es más que serio, este robo representa una pérdida para el país por más de 60,000 millones de pesos anuales, en tres distintas modalidades, las cuales son 1) las tomas clandestinas (más de 12,000 ductos); 2) a través de la corrupción interna, donde se tiene la colaboración total de personal de Pemex donde miles de “pipas fantasma” recorrían todo el país; y 3) por barcos con, literalmente, piratas, quienes tenían bajo su mando 11,000 kilómetros cuadrados.

Una batalla muy, muy difícil

No se trata de los ricos y millonarios que conocemos, los que salen en las revistas de glamour o incluso el listado de Forbes. Los “empresarios” huachicoleros quizá son desconocidos, pero con fortunas que pueden compararse a las de jeques árabes, es una riqueza que la clase alta de este país ni siquiera alcanza a oler. Si bien el narcotráfico es parte de esta red delincuencial, los intereses son aún mayores e incluso internacionales.

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Un acierto de López Obrador ha sido poner el tema a discusión, enfrentar a los mexicanos ante esta situación, hacernos entender que somos parte activa, real, que es un flagelo que podemos tocar, que nos afecta día a día. Pero también que puede solucionarse, aunque esto ha ocasionado mucho enojo en la población.

El reto es descomunal, quizá tan monumental como la guerra contra el narcotráfico que intentó Felipe Calderón. Sin embargo, aunque el delito es desorbitantemente millonario y podría propiciar violencia, el cáncer sí puede ser extirpado, pues está albergado dentro del mismo Pemex y el control lo tiene el Estado.

Ahora López Obrador no puede detenerse, él junto a las secretarías que “tienen dientes”, es decir, a los que pueden afectar a toda la red delincuencial hasta llevarlos a prisión, caiga quien caiga. Y por supuesto, el abasto inmediato y permanente en cada una de las estaciones de gasolina y diésel del país.

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Ese es el principal reto, pero el segundo es comunicar correctamente su estrategia, hasta que cada mexicano esté enterado y la mayoría esté a favor de esta gran batalla, hasta que les llegue correctamente el mensaje: “Te están robando”. Pues esos miles de millones que ya desaparecieron pudieron haber sido utilizados en universidades, carreteras, puentes, hospitales y un sinfín de etcéteras. Estemos atentos, veamos por encima de la orquesta política, tomemos una postura razonable.

Señor presidente, si su estrategia es acertada, será aplaudido por generaciones y pasará a la historia… pero recuerde ¡No se vale fallar! El horno no está para bollos.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Voces

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