OPINIÓN: Tercer debate: ¡la última y nos vamos!

Nota del editor: Caleb Ordóñez Talavera (1984) es abogado, comunicador y especialista en Periodismo digital por la Universidad Complutense de Madrid. Síguelo en Twitter como @CalebMx . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

(ADNPolítico) – Los guerreros llegarán a la tercera y última batalla, con huellas evidentes de cansancio y fatiga. Batallas libradas durante meses; algunas ganadas y otras perdidas. Aparecerán frente a millones de ojos en el último esfuerzo por convencer a los muchos de indecisos, confirmar a sus seguidores e intentarán despedazar a sus contrarios.

Las luces y cámaras se volverán a encender el próximo martes 12 de junio por la noche, emulando a los guardias que abrían las puertas del coliseo de Roma para que la gente entrara y tomara sus asientos, un público enardecido que veía a los guerreros de aquel tiempo luchar uno contra el otro, con tal de no perder sus vidas.

OPINIÓN: No te pelees por un candidato

Ésta última batalla podría ser igual de épica, donde Andrés Manuel, Ricardo, José Antonio y Jaime tendrán que ofrecer lo mejor de sí mismos; demostrar su capacidad de astucia, ataque y contra-ataque, lograr cautivar con encanto, no solo los oídos, sino los sentimientos de los millones de mexicanos que estarán pendientes, quizá como nunca antes, del último enfrentamiento.

No hay mañana

Nos acercamos inevitablemente a la recta final de la carrera por la presidencia de la República, una larga y algunas veces deslucida contienda, donde Andrés Manuel López Obrador se ha despuntado como líder absoluto de las encuestas; aparece tan distante que se ve inalcanzable.

Muy atrás y tratando de sacar fuerzas -de donde sea- aparecen un José Antonio Meade y Ricardo Anaya, convulsionados el uno contra el otro, han decidido no unirse, ninguno cedió, por lo que en lugar de crecer han decaído en las preferencias, enfrascados en una pelea que parece más personal que partidista. Jugándose el honor de no quedar en el tercer puesto, pero algún recurso seguramente tendrán bajo el brazo.

OPINIÓN: ¿Por qué AMLO salió corriendo del primer debate?

Como si se tratara de una lucha a tres caídas, los debates han sido pautas para poder entender la contienda presidencial, en donde en el primero de ellos, la imagen de Anaya subió considerablemente y parecía vencer a Meade para posicionarse como el segundo lugar que pudiera enfrentar a AMLO.

Sin embargo, durante días el panista desapareció de los titulares de la prensa y redes sociales, lo cual le costó que llegara al segundo debate un tanto débil y esto se confirmó, al aparentemente, haber perdido en el segundo round, que debía haberlo catapultado en los sondeos y contrariamente lo puso a la par del candidato ciudadano del PRI, quien respiró de nueva cuenta, al lucir más que su más cercano rival.

Si se tratara de rounds, Anaya llevaría uno ganado y uno perdido, mientras que López Obrador y Meade podrían tener cada quien, uno perdido y uno ganado, pues ambos levantaron en el segundo debate, mientras que Jaime Rodríguez “El Bronco” no ha bajado la guardia y se ha convertido, para muchos, en la sal y pimienta, pero le alcanza solo para hacer reír al electorado, aunque eso se le agradeció con montones de memes y videos divertidos.

Sin guayaberas y sentados: las reglas para el tercer debate presidencial

La atención es mayúscula en el tercer round, los ojos de millones de mexicanos estarán puestos en cada frase e incluso movimiento de los candidatos, quienes seguramente estarán más nerviosos que nunca, saben que se juegan en menos de dos horas, todo el esfuerzo que han invertido en meses.

Escenarios del tercer debate

Como ya se sabe, los temas que se discutirán en el tercer round serán la pobreza, economía y educación. La imagen más idealista sería ver a los contendientes enfocados en sus propuestas; sin embargo, parece imposible luego de los pasados debates, donde las descalificaciones fueron el arma de todos.

Andrés Manuel López Obrador llega con una ventaja cómoda, que no significa que le ayude, pues los ataques serán frontales y alguna sorpresa, una bomba podría aparecer de alguno de sus adversarios. Si el tabasqueño sale bien librado, podríamos estar asegurando que “el arroz se coció”, si ninguno logra noquear al fundador de Morena, será ganador del mismo, no importa qué tan golpeado o vapuleado salga de la porfía.

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José Antonio Meade es el que tiene menos por perder en el ring, los estadounidenses llaman a esos personajes los “underdog”, una especie de contendientes “debiluchos” que se enfrentan y entregan todo, que su ímpetu puede lograr lo que hiciera aquel pequeño David contra Goliat en los relatos bíblicos.

Meade puede presumir de una fortaleza que ningún otro de sus adversario tiene: maquinaria electoral para el día de la elección. Si el neo-priísta logra un triunfo indiscutible, podría convencer a los tricolores de brazos caídos y ese es un ejército en ocasiones incontable, que de trabajar en unidad pueden dar una gran sorpresa.

Ricardo Anaya llega como el “joven maravilla”, el retador en el que millones tenían ilusión, pero que no ha sido constante, se siente desesperación en el Frente, división en el cuarto de guerra, incluso hasta destellos de derrota por parte de los coordinadores, tal es el caso de las declaraciones de Jorge Castañeda sobre un pacto PRI-Morena.

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Anaya tiene un panorama poco alentador, pues debe enfrentar no solo a Andrés Manuel, sino también a Meade, por lo que sus frentes de batalla estarán muy abiertos. El queretano deberá irrumpir y hacer la presentación de su vida, pues no puede solamente “ganar” el debate, necesita golpear a cada momento, lograr contrastarse a tal grado de “noquear” para demostrar que ciertamente era el caballo negro desde el principio. De no ser así, sería un segundo round perdido al hilo y la sombra de la derrota recaería sobre él.

Jaime Rodríguez seguirá la estrategia que le pudiera asegurar más del 5% de la votación. “El Bronco” se basará en la burla, el escarnio y la acidez para sacarle risas a aquellos que en lugar de anular su voto, mejor podrían “regalárselo” al polémico gobernador de Nuevo León con licencia.

¡Que venga la batalla! Que en el último de los enfrentamientos cara a cara, los combatientes respeten con demasía al público, a los millones de votantes que podrían romper récord de audiencia de un debate político y que, solo ellos, definirán al próximo presidente de la República.

¿Quién ganará la última vencida?

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