#Crónica: El búnker de AMLO se convierte en una 'casa de los deseos'
La casa de transición del virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, es una especia de "casa de los deseos". Ahí llega gente con todo tipo de problemas y documentos para que –a modo de oficialía de partes– obtengan aunque sea una firma de “recibido”.
A lo largo de la jornada aparece gente que busca la regularización de terrenos, apoyos para personas con discapacidad, un empleo, ayuda para rentar oficinas, apoyos para tratamientos médicos y recursos para una empresa, entre muchos otros asuntos.
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En la esquina de Chihuahua y Monterrey está don Jorge Espinoza, un hombre mayor vestido con un traje de manta y con una especie de carrillera en la que carga elotes de distintos colores. En la espalda de su atuendo luce la frase: “Zapata vive, la lucha sigue”, icónica de los movimientos sociales.
Espinoza reclama que la autoridad federal, con apoyo de una autoridad ejidal "corrupta", le quitó a unas 40 personas alrededor de media hectárea para construir un río artificial.
“En la representación del señor (Enrique) Peña Nieto dijo que no iba a tomar nada de nuestros terrenos y fue lo primero que hizo con su aeropuerto de muerte”, aseguró Espinoza.
“(Hay) escasez de agua, tomaron parte de las tierras para extender un río, ni siquiera a los ejidatarios les comunicaron, y ahora quieren su derecho de vía por un comisario nefasto y corrupto que entrega al pueblo”, manifestó.
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Ante su desacuerdo por las acciones del gobierno federal, llegó junto con otros ejidatarios de San Salvador Atenco para intentar ver a AMLO, pero el presidente electo no llegó el jueves a la casa de trabajo en la colonia Roma.
Alejandro Jovany Montoro, de 31 años, llegó al búnker de AMLO con un letrero en el que solicitaba apoyo al presidente electo para tener un trabajo, ya que padece de insuficiencia renal crónica.
“Le pido a usted su apoyo para así poder darle comida y sustento a mi familia. Le pido a usted su apoyo y comprensión, ya que en la situación que me encuentro es muy difícil, me encuentro desesperado. Le pido su apoyo”, se leía en el cartel que mostraba a la entrada de la casa.
Hasta la casa de labores de AMLO y su equipo llegó también un empresario de nombre Carlos Sánchez, quien viajó desde Quintana Roo para compartir con el nuevo gobierno la fórmula para acabar con la corrupción.
“Se puede acabar con la corrupción, si no quieren acabar con la corrupción que me digan y me voy”, dijo Carlos Sánchez, quien estaba a la espera de entregar sus documentos.
“Que me digan qué día puede y yo hablo con el secretario de Hacienda”, aseguró.