AMLO, ante el dilema de qué hacer con su seguridad una vez que asuma el poder

El presidente electo rechazó tener protección del Estado Mayor, como sus antecesores. Optó por contar con una Ayudantía de 20 civiles, pero incluso sus más cercanos dicen que debe recibir protección.
"Me cuida la gente". A lo largo de su trayectoria política, López Obrador se ha caracterizado por tener un contacto cercano con los ciudadanos en sus apariciones públicas. Ahora, afirma que esto no cambiará cuando asuma la presidencia.

CIUDAD DE MÉXICO (ADNPolítico).- Se lo han dicho amigos cercanos, compañeros de partido, los seguidores que acuden a verlo a su casa de transición y hasta su familia: el presidente debe tener seguridad.

Apenas este martes, a días de que Andrés Manuel López Obrador asuma la presidencia, su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, volvió a referirse al tema y adelantó que seguirá "insistiendo" en que su marido tenga protección, debido a su investidura y su futura condición como jefe de Estado.

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Hasta ahora, López Obrador se ha negado a adoptar medidas excepcionales. Como candidato primero y luego como presidente electo, rechazó tener escoltas del Estado Mayor Presidencial (EMP); incluso, afirma que esta instancia dejará de existir y que sus elementos se integrarán a las Fuerzas Armadas.

El futuro mandatario únicamente ha optado por contar con una Ayudantía de 20 personas que lo acompañan en sus actos públicos, así como por recalcar que la propia gente es la que lo cuida.

Sin embargo, esto contrasta con las prácticas comunes en el mundo. Fuentes del ámbito de los escotas explican que se conoce como "cobertura VIP" al trabajo de proteger a una figura pública como un jefe de Estado. Entre otras medidas, este esquema implica trazar tres círculos de resguardo, entre ellos, una avanzada de al menos 50 elementos que revisen el sitio que visitará "el paquete", como se le llama en el argot.

Estas personas revisan aspectos como instalaciones eléctricas y tuberías y usan perros detectores de explosivos, lo que a veces toma días.

Ayudantía. Los ayudantes de López Obrador lo acompañan en actos públicos.

Según este esquema, en un círculo intermedio hay alrededor de 100 personas —incluso vestidas de civil y mezcladas entre la gente—, quienes portan un distintivo para identificarse y utilizan palabras clave para ubicar posibles riesgos y zonas en las que haya que realizar alguna acción específica, como revisar a un sospechoso o un objeto potencialmente peligroso.

Al círculo más cercano se le conoce como "el del sacrificio". Se conforma por entre 30 y 50 elementos, que son los que están dispuestos hasta a poner el cuerpo entre una bala y la figura protegida. Suelen tener entrenamiento de la escuela israelí y periódicamente se revisa su salud y su apariencia; por ejemplo, no se deben parecer físicamente a la persona que cuidan ni ser más altos, salvo en algunas circunstancias.

La Ayudantía de AMLO

Hasta ahora, López Obrador ha decidido no tener nada de esto. En cambio, designó una Ayudantía de 20 personas —10 hombres y 10 mujeres— que cuidan de él y su familia, principalmente de los empujones en actos públicos.

Al respecto, López Obrador ha dicho que estas apariciones serán comunes en su gobierno y que frecuentemente hará recorridos de Palacio Nacional a otros puntos.

En descanso. Integrantes de la Ayudantía en la casa de transición, mientras López Obrador estaba en reuniones con su equipo de trabajo.

La Ayudantía suele estar únicamente en los actos públicos y se retira en cuanto se va el mandatario electo. En los recorridos, acostumbra cargar los regalos que recibe. Según ha constatado ADNPolítico, no hace revisiones especializadas ni examina a las personas que ingresan a los recintos que visita López Obrador.

Este grupo está al mando de un empresario restaurantero de origen libanés,

, quien es amigo de los hijos mayores de López Obrador y en 2016 fue candidato a la Asamblea Constituyente de la CDMX por Morena.

Un exguardia federal alerta de que este esquema deja de lado el trabajo de inteligencia. Además, señala que los guardias profesionales suelen tener armas y equipo de protección, y utilizan tecnología especial para identificar llamadas y detectores de armas montados en camionetas.

"Tienen que revisar los lugares, trazar ruta primaria, ruta secundaria, ruta terciaria, puntos intermedios de seguridad, de cómo o dónde se podría resguardar en caso de un atentado, qué hospitales tienen cerca; es un despliegue muy importante el que se tiene que hacer tan solo para la avanzada", dice la fuente con la condición de no revelar su identidad.

Para proteger a una figura de alto perfil, los traslados terrestres suelen hacerse en 10 camionetas con personal, armas de grueso calibre, aparatos de comunicación y equipo médico.

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Ante el contraste y la cercanía de la toma de posesión, López Obrador solo ha dicho que está pensando qué sucederá con su seguridad, aunque él se inclina por seguir con el esquema que ha tenido, con la Ayudantía y dos choferes.

"En eso andamos. En eso andamos. No va a haber Estado Mayor Presidencial. Tengo una Ayudantía. Me va a cuidar la gente, me va a cuidar la gente, y todo va a salir muy bien, estoy optimista, me van a cuidar los mexicanos, y el que lucha por la justicia no tiene nada que temer", dijo en una entrevista reciente con Ciro Gómez Leyva para Imagen TV.

Sin embargo, los llamados a que cambie de opinión siguen desde su propio círculo.

En una entrevista reciente con Azucena Uresti para Radio Fórmula, Beatriz Gutiérrez Müller señaló: "Él ya tiene que pensar en que no lleva su nombre, sino una investidura, y es muy importante que el Estado mexicano le brinde esa seguridad, por supuesto que me sumo a esa petición pública de que sea cuidado debidamente como jefe de Estado".

Dentro de tres días, la mañana del 1 de diciembre, López Obrador se pondrá la banda presidencial y se convertirá en jefe del Poder Ejecutivo. Entonces, tendrá que definir cómo será resguardado a partir de ese momento.

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