La "república del meme" ya es parte de la vida democrática: Jesús Ramírez Cuevas
CIUDAD DE MÉXICO (ADNPolítico) - Jesús Ramírez Cuevas lo sabe y lo expresa: la crítica forma parte de la vida democrática y sin periodismo no hay democracia. Así responde quien ocupará el puesto de coordinador de Comunicación Social del gobierno de Andrés Manuel López Obrador a partir del 1 de diciembre, ante las dudas que se asoman sobre las reacciones que habrá hacia los cuestionamientos de los medios de comunicación a sus acciones de gobierno.
"Prensa fifí" ha sido el calificativo que el próximo presidente ha dado a los medios que han criticado algunos de sus planes o señalado las contradicciones en sus dichos, pero Ramírez Cuevas ha salido al paso para decir que no es una expresión ofensiva, sino una descripción para explicar una línea editorial. Y advierte: no se debe tener la piel tan delgada para que cause molestia.
En contraparte, el periodista —quien es editor del medio digital regeneración.mx— dice que están preparados para las críticas, incluidas las de "las benditas redes sociales", como López Obrador se ha referido a esta forma de comunicación más directa con la sociedad.
"Estamos hechos de una madera en la que (sabemos) que ya es parte de la vida democrática la crítica, la 'república del meme' y todas estas nuevas formas de ironía, de crítica social y de humor", expresa experiodista de La Jornada, quien señala que, a partir el 1 de diciembre, México tendrá al primer presidente con humor y que lo hará presente en la vida pública del país.
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En entrevista con ADNPolítico, asegura que para ellos la fiscalización, la observación y la vigilancia de las acciones del gobierno es muy relevante que se haga por parte de los ciudadanos, por lo que dice que la crítica no se debe ver como algo negativo, sino como algo que permita afinar la mirada para mejorar procesos de trabajo.
El egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM subraya que el trabajo periodístico es fundamental para la democracia y, por ello, dice que una tarea fundamental será la de revalorizar el trabajo periodístico por el gobierno, por la sociedad y por los propios medios de comunicación.
Pero Ramírez Cuevas también acepta que hay un reto: el movimiento que acompañó a López Obrador en todos estos años tendrá que aprender a aceptar la crítica, no a dinamitarla ni "crear legiones de trolls o de bots para atacar a quien está cuestionando" al próximo gobierno.
Si la autoridad respeta a los periodistas, si la sociedad respeta a los periodistas y los protege, creo que va a mejorar la calidad del trabajo periodístico, la calidad de la información y de la vida democrática del país".
Aquí la entrevista completa:
La gente tiene altas expectativas en el nuevo gobierno y quiere cambios rápidos, pero hay situaciones en las que es imposible hacerlos de manera inmediata. ¿Cómo decirles que los cambios no se van a ver el 1 de diciembre?
Hay que utilizar el periodismo y hablar con la verdad, documentar los problemas y explicar las soluciones o las vías de solución y también el tiempo que significa. Eso va a ayudar a que la gente comprenda la dimensión de los problemas, que no son soluciones rápidas o fáciles.
¿Cómo saber que no es la vieja práctica del "acabo de abrir la casa y me encontré un desastre y no se va poder hacer"?
Bueno, porque nosotros sí queremos cambiar este país y el bono democrático de 30 millones de votos también tiene un mandato, que es transformar el régimen político y acabar con el sistema de privilegios que tiene, sobre todo, la clase política. Eso va a llevar a cambios sustantivos en las instituciones, que hay que abrirlas a la sociedad, y entonces, ahí es donde no nos vamos a llamar a la sorpresa de que no pudimos porque no nos dejaron; al contrario, este mandato ciudadano entregó todos los instrumentos al futuro gobierno para llevar a cabo los cambios. No hay pretextos para no hacerlos. El ritmo, la profundidad, el alcance de estos cambios va a depender del presupuesto, pero también de la capacidad de acompañamiento de la sociedad, vamos a llegar tan lejos como la sociedad quiera.
La crítica
¿El próximo presidente está preparado para la crítica, la sátira, los memes y todos los comentarios en redes sociales? ¿Cómo se vivirán los cuestionamientos a las decisiones de gobierno?
Venimos de una larga lucha por la democracia, donde también esos instrumentos de la crítica han sido parte del movimiento. Estamos hechos de una madera en la que (sabemos) ya es parte de la vida democrática la crítica, la 'república del meme' y todas estas nuevas formas de ironía, de crítica social y de humor. Por primera vez, vamos a tener un presidente que tiene humor y que lo va a expresar públicamente y eso también hace las cosas más humanas. La crítica forma parte de la democracia, la crítica forma parte de la comunicación normal entre personas, nada más no tengamos la piel tan fina para molestarnos. La crítica no se debe ver como algo negativo, sino como algo que nos permitirá afinar la mirada, mejorar los procesos de trabajo o una obra que está mal planteada. Para nosotros sí es importante que la fiscalización, la observación y la vigilancia de las acciones del gobierno esté en manos de los ciudadanos y los medios juegan un papel importante en eso.
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¿Y cómo garantizar que el movimiento que los ha acompañado, y que no será parte del gobierno, no esté en contra de los que ejercen la crítica?
Habrá que aprender a aceptar la crítica a lo que se considera correcto o a lo que uno simpatiza, y en este caso si simpatizan con Andrés Manuel y su gobierno, hay que intentar construir diálogos y puentes, no dinamitarlos, no crear legiones de trolls o de bots para atacar a quien está cuestionando. A veces hay críticas de mala fe o estrategias de desinformación que hay que acotar con estrategias de información, pero al mismo tiempo, permitir que haya deliberación, debate y discusión, creo que eso es algo que hay que aprender. Venimos de un régimen demasiado cerrado, pero si hay una apertura y un cambio de condiciones, eso se tiene que expresar también en el movimiento y aprender a que, en democracia, la horizontalidad en la deliberación es mucho mejor que la verticalidad.
A veces hay críticas de mala fe o estrategias de desinformación que hay que acotar con información, pero al mismo tiempo, hay que permitir que haya deliberación, debate y discusión".
Protección a periodistas
¿Cómo se va a enfrentar la crisis de seguridad y violencia que padecen los periodistas en México?
Primero es considerar que el periodismo es una actividad de interés público y que sí le corresponde al Estado garantizar las condiciones para que pueda ejercerse en libertad y que se preserven los derechos de los periodistas. En materia de derechos humanos y ataques a la libertad de expresión y del derecho a la información, sí tiene que reforzarse el mecanismo para la protección de periodistas, tiene que ampliarse al ámbito familiar también, porque muchas veces son cabezas de familia y solo se considera al periodista. También se tiene que involucrar mucho más a los medios porque a veces también se hacen a un lado de la problemática y se desentienden de esa realidad. Tenemos que hacer conciencia de que necesitamos salvaguardar, proteger y promover esa actividad profesional. Tenemos que valorar más al periodista pero no solo el gobierno, la sociedad, también los propios medios de comunicación.
Debemos de ir construyendo una política para hacer conciencia de que el periodismo es una actividad social fundamental para la democracia: sin periodismo no hay democracia, sin información no hay democracia".
¿Qué pasará con el mecanismo de protección para periodistas?
Se va a reforzar el mecanismo, ya es un compromiso con quienes actualmente están en él y con las organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales que están preocupados por el tema. Se va a mejorar la calidad de la protección, se van a ampliar los recursos que hoy se destinan a la protección de periodistas. Lo más importante es la reacción del gobierno frente a una realidad de persecución y violencia, pero se debe acabar con esas condiciones. Hay que sancionar a la autoridad y al sujeto público que intimide, persiga o llegue al extremo de terminar con la vida de un periodista, hay informes que dicen que 60% de las agresiones a periodistas viene de funcionarios públicos: policías, presidentes municipales, legisladores, gobernadores, etcétera.
Las consultas
¿Cuáles son los principales retos en materia de comunicación?
Lo primero es comunicar lo que se quiere hacer, lo que significa este cambio que se está promoviendo y por el que votó la gente el 1 de julio. Lo segundo es comunicar cuál es el Proyecto de Nación y cuáles son los proyectos estratégicos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y cómo lo llevaremos a cabo, esto es muy importante porque no habrá una imposición de proyectos en ningún sitio. A diferencia de lo que hemos vivido en las últimas décadas, se buscará la conciliación de intereses y se va a consultar con la gente las obras de infraestructura importantes.
¿Se puede gobernar haciendo consultas públicas?
Sí, en cualquier sociedad democrática las consultas son algo normal, aquí nos parece algo extraño y casi un anatema que temas que son técnicos se pongan a discusión, pero yo creo que es también apelar a la madurez de la sociedad mexicana y a considerar a los ciudadanos como personas de primera, capaces de informarse y tener una opinión informada y razonable de los temas y, por lo tanto, expresar su decisión o su opinión al respecto. Creo que esto nos llevará a construir una sociedad más crítica, pero también a una normalidad democrática donde la deliberación y las consultas sean algo común.
Entonces, ¿se estará preparado para las oposiciones a proyectos?
Pues sí, hay que ser comprensivos y aceptar que también la gente tiene sus propias opiniones al respecto de las cosas, y entonces intentar con información y con empatía construir procesos de consenso. A lo mejor no les gusta la obra así o asá, pero podemos llegar a una conciliación, en lugar de tener detenida una obra como el Tren Suburbano Toluca-México con retrasos impresionantes, sobrecostos tremendos e injustificables, pues busquemos una manera en que la gente acepte obras de infraestructura, pero que tengan beneficios, que no afecten el medio ambiente y tampoco sus derechos.