Cancelarlo, concesionarlo o Santa Lucía: las posturas de AMLO frente al NAIM
CIUDAD DE MÉXICO (ADNPolítico) - La viabilidad del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), el principal proyecto de infraestructura del sexenio de Enrique Peña Nieto, está en suspenso con la llegada de Andrés Manuel López Obrador al gobierno.
La posición de López Obrador sobre esta obra ha ido cambiando desde la pasada contienda electoral. En un primer momento dijo que se cancelaría si llegaba a encabezar el próximo gobierno, sin embargo las críticas que generó su postura lo llevaron a reconsiderar un diálogo. Ahora como presidente electo analiza esta construcción con el respaldo de un dictamen técnico que dará inicio a una consulta pública sobre el tema.
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Conoce más de esta turbulenta relación entre López Obrador y el Nuevo Aeropuerto y checa cuáles han sido las posturas que ha tenido frente a esta obra.
Santa Lucía, el plan B
López Obrador propuso en un inicio construir dos pistas de aterrizaje en la base militar de Santa Lucía, en el municipio de Zumpango, en Tecámac, Estado de México, para sustituir al NAIM.
El morenista ha dicho que trasladando los contratos del aeropuerto de Texcoco a Santa Lucía, podría haber un ahorro de alrededor de 200,000 millones de pesos.
“Nuestro país no está en condiciones de sufragar, de invertir tanto dinero, para resolver un problema que lo podemos atender de otra manera. Se encapricharon en hacer este aeropuerto cuando se tiene la opción de hacer dos pistas nuevas en el aeropuerto militar de Santa Lucía. A diferencia de este terreno, en Santa Lucía hay tierra firme", dijo López Obrador en el documental Esto soy (2017) , del cineasta Epigmenio Ibarra.
Los amparos
El 22 de marzo pasado, a una semana del arranque de las campañas, López Obrador informó que su equipo alistaba una batería de amparos para evitar que se dieran más contratos para el Nuevo Aeropuerto.
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Dijo que los contratos que se estaban entregando comprometían recursos federales hasta por 20 años por lo que buscaría frenarlos por la vía legal. El anuncio causó ‘turbulencia’ en el sector empresarial del país, que no tardó en descalificar la propuesta. Hasta ahora, los recursos legales no pasaron del escritorio del tabasqueño.
Llamado al diálogo
Luego de que el sector empresarial expresó inconformidad y preocupación por su postura, López Obrador dijo estar dispuesto a dialogar con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE). Los empresarios dijeron en ese momento –también a unos días del inicio de la campaña– que ese diálogo no tendría por qué poner en duda la viabilidad de la obra, a lo que Andrés Manuel respondió que únicamente buscaba transparentar los trabajos.
"Queremos saber de qué se trata. No es para generar incertidumbre, es para evitar que haya corrupción", dijo en un video difundido el 26 de marzo.
El efecto Slim
Carlos Slim, el hombre más rico de México, defendió la construcción del puerto aéreo a mediados de abril diciendo que el proyecto sería “un detonador” económico de la zona nororiente de la entidad.
López Obrador respondió al empresario que respetaba su opinión pero aseguró que el NAIM se trataba solo de un buen negocio para los contratistas y calificó la obra como “faraónica” que el país no puede pagar. “Si es, como dice él, un buen negocio, pues que lo haga con su dinero", advirtió a Slim.
Ya como presidente electo, López Obrador se reunió con Slim durante el encuentro que sostuvo con el Colegio de Ingenieros Civiles de México, a quienes les pidió ayuda para la elaboración de un análisis técnico sobre el Nuevo Aeropuerto.
Un reporte de Expansión reveló que Slim y su familia tienen el 68% de las licitaciones de la obra, con lo que se convertirían en los más afectados con su posible cancelación.
La concesión como opción
Dos meses antes de resultar electo, Andrés Manuel puso sobre la mesa el planteamiento de concesionar el desarrollo de la nueva terminal aérea, bajando el tono de sus anteriores amenazas.
"¿Por qué no se concesiona (el nuevo aeropuerto)? Yo no tendría ningún problema. (Pero) yo no voy a destinar la mitad de la inversión pública sólo para una obra", dijo en un foro turístico donde también participaron los otros cuatro candidatos presidenciales.
Una consulta pública vinculante
López Obrador puso la opción de una debate público a mediados de junio, cuando en Texcoco –donde se lleva a cabo este proyecto– consideró que el futuro del NAIM debía discutirse públicamente en un proceso en el que participaran autoridades y empresas, para que después se realizará una consulta ciudadana.
El presidente electo dijo a inicios de esta semana que la anunciada consulta pública "será vinculante" a la decisión sobre su futuro. Esta consulta forma parte de un proceso que inició el miércoles, cuando le hicieron llegar a López Obrador un análisis técnico sobre las opciones que hay frente al tema.
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Una vez que se dé a conocer el contenido de este dictamen será presentado para su revisión al Colegio de Ingenieros Civiles de México, a la Unión Mexicana de Ingenieros y a la Academia de Ingeniería, quienes podrán emitir su opinión técnica.
A partir de la opinión de los especialistas se prevé que se pueda realizar una consulta a la ciudadanía para decidir si la obra continúa o se cancela de manera definitiva, como López Obrador lo prometió en campaña.
