#Transición2018: Peña Nieto baja el perfil, mientras AMLO acapara la agenda
México se encuentra en una larga transición política con dos presidentes de facto: Enrique Peña Nieto, con un perfil cada vez más bajo, y Andrés Manuel López Obrador, quien despliega una intensa actividad incluso desde antes de que su triunfo sea validado por el Tribunal Electoral federal.
El próximo mandatario reanudó sus actividades este viernes después de un breve descanso de cuatro días. Junto con su equipo, el morenista está preparando su participación en la 13 Cumbre Presidencial de la Alianza del Pacífico, prevista para la siguiente semana en Puerto Vallarta, Jalisco.
Desde el día de las elecciones hasta el 1 de diciembre, fecha de la toma de posesión, México observa cada seis años cómo el poder del presidente en funciones decrece en la medida que su sucesor toma las riendas del Poder Ejecutivo federal, aumenta su influencia y marca las pautas que regirán en su próximo gobierno.
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La transición dura cinco meses, pero en esta ocasión la amplia victoria de López Obrador y el propio estilo del político de izquierda han acelerado el ritmo del cambio de estafeta.
Como ejemplo está el que, a diferencia de lo que sucedió en los comicios de 2012, cuando el Tribunal Electoral federal se fue casi hasta la fecha límite para validar la victoria de Peña Nieto, esta vez los magistrados prevén apurar el proceso dada la poca cantidad de impugnaciones y el contexto de la contienda.
La transición presidencial más corta en la época reciente de México ocurrió en 1994, con las elecciones en agosto y la toma de posesión en diciembre. Algo similar volverá a pasar en 2024, cuando las votaciones sean en junio y la investidura en octubre.
El triunfo electoral de López Obrador, con 53% de los votos y el reconocimiento de sus adversarios y del mismo Peña Nieto, le ha permitido iniciar su camino al poder desde la misma noche de las elecciones, con un discurso ante miles de personas en el Zócalo.
Dos días después se reunió con Peña Nieto en Palacio Nacional , en un encuentro que detonó el proceso de transición, mismo que iniciará formalmente cuando el Tribunal Electoral federal lo declare presidente electo.
Contactos con el exterior
Desde el día de la elección, Peña Nieto entró en una fase de bajo perfil, mientras se van celebrando las reuniones gubernamentales de traspaso de funciones.
Peña Nieto ha asegurado que la transición se está haciendo de una manera ordenada y eficiente, mientras el futuro gobierno cada vez más muestra su influencia.
La llamada telefónica del presidente estadounidense Donald Trump y la visita de su secretario de Estado, Mike Pompeo , dieron pie a la próxima administración para plantear su posición en la negociación del TLCAN, la migración y la relación bilateral.
El equipo del gobierno de Peña Nieto encargado de la negociación del TLCAN incluirá en las próximas reuniones a figuras claves del grupo de López Obrador.
La semana próxima, López Obrador acudirá a su primer foro internacional: la Cumbre Presidencial de la Alianza del Pacífico. En esa reunión también estará presente Peña Nieto, pero se prevé que la atención esté más centrada en conocer las intenciones del morenista.
El avance de la agenda interna
Al mismo tiempo, López Obrador ha adelantado algunos de sus ejes de gobierno, como la austeridad, al anunciar una reducción de sueldos a los altos funcionarios y la eliminación de las pensiones de los expresidentes.
Otros temas sobre los que ha empezado a delinear acciones son el futuro de los contratos petroleros y el destino del Nuevo Internacional de México (NAIM).
Una fecha clave en la transición será el 1 de septiembre, cuando iniciará la nueva Legislatura del Congreso, donde López Obrador y sus aliados tendrán la mayoría.
El próximo presidente anticipó ya varias iniciativas legislativas , que van desde el aumento al salario mínimo, eliminar el fuero del presidente y otros funcionarios, y un programa social de ayudas a jóvenes y adultos mayores.
Además, en septiembre el Congreso recibirá el Paquete Económico para 2019, que será elaborado por los equipos del presidente saliente y del futuro mandatario, y que pondrá números al presupuesto que López Obrador tendrá para el primer año de su sexenio.