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Los cuatro (posibles) escenarios con el gobierno de López Obrador

El Congreso, los partidos políticos y las organizaciones civiles serán claves en el virtual gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
dom 08 julio 2018 07:00 AM
Nuevo gobierno
Nuevo gobierno Expertos analizaron los escenarios probables para México con un gobierno de López Obrador. (Foto: ADNPolítico)

¿Qué pasará cuando Andrés Manuel López Obrador sea presidente? Es la pregunta que ha rondado tu mente, la del candidato, la de todos los los mexicanos y hasta la de las élites de otros países.

Pensar en el escenario se vuelve ineludible ante el arrasador triunfo logrado por el político nacido hace 64 años en Tabasco, quien en la jornada del 1 de julio obtuvo más de 30 millones de votos.

ADNPolítico habló con académicos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) que analizaron los escenarios probables para México con un gobierno de López Obrador.

Estas son las conclusiones de Sandra Ley, Carlos Bravo y Froylán Enciso sobre lo que ocurriría con el Congreso, los partidos políticos y la sociedad civil en este gobierno.

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Primer año de AMLO vs. último año de EPN

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“El México del primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador a nada se va a parecer tanto como al México del último año del gobierno de Enrique Peña Nieto”, advirtió Carlos Bravo, historiador, analista político y director de Periodismo CIDE.

Bravo explicó que el cambio prometido no se verá de inmediato porque el destino del país no depende solo del presidente. Instituciones, leyes y la realidad social limitan su poder y algunas de ellas también cambiarán después de la elección. Además, está el tamaño de las promesas que hizo en campaña.

La propuesta más polémica, quizás, es la amnistía como un planteamiento en la estrategia de seguridad.

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“De todas las palabras que López Obrador hubiera podido escoger para nombrar esa propuesta o esa visión alternativa, amnistía era la peor”, criticó Bravo Regidor, que considera que la elección del término impidió que la propuesta se comunicara y debatiera objetivamente.

Migrar de una política de seguridad punitiva a una que busque la justicia y la reconciliación, advirtió, no es algo que pueda ocurrir de la noche a la mañana y que arroje resultados a corto plazo.

“Tú vas a tener todavía balaceras aquí y allá, vas a tener agresiones contra periodistas, agresiones contra políticos, enfrentamientos entre grupos y para lidiar con eso, con el día a día de la violencia cotidiana, la amnistía no te ayuda. No vas a retirar al Ejército de los lugares en donde está, no vas a reentrenar a los policías”, dijo en entrevista con ADNPolítico.

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En su discurso como candidato de Juntos Haremos Historia, López Obrador también prometió grandes transformaciones en el gasto público y eliminar la corrupción.

“López Obrador –vamos a decirlo amablemente- tiene ciertos problemas a la hora de reconocer y sancionar actos de despilfarro o de corrupción de personas que le son adeptas. Ya viste lo que pasó con Layda Sansores”, apunta el historiador.

Esas limitaciones y el contraste de la realidad con las expectativas que generó en campaña, provocarán un doble desencanto con el virtual gobierno de AMLO: no será tan bueno como él y sus seguidores prometen, ni tan malo como sus detractores dicen.

“(Tendrá que hacer) actos simbólicos o ciertas decisiones estratégicas que le permitan comprar tiempo para diseñar e implementar políticas cuyos frutos vamos a empezar a conocer, a lo mejor, en el tercer o cuarto año de gobierno", dijo Bravo.

"Vender el avión presidencial, quitarle las pensiones a los expresidentes, concesionar la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y que ya no haya que meterle ni un peso de dinero público. A lo mejor bajarle los sueldos a la alta burocracia, ¿no? Esas son cosas que sí puede hacer en el corto plazo, que van a mandar la señal de que está haciendo cosas conforme a las promesas de campaña que hizo y que le van a permitir, digámoslo así, prolongar la luna de miel con electorado”, considera.

El Congreso y los estados

Al cierre del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), Morena se confirmó como primera fuerza política en el Congreso de la Unión. Si la coalición Morena, PT y PES se mantiene, su bancada tendrá 312 de los 500 diputados federales y 79 de los 128 senadores.

Además, Morena ganó cinco de las nueve gubernaturas en juego: Ciudad de México, Morelos, Chiapas, Tabasco y Veracruz.

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“Una de las preocupaciones hacia adelante (...) es pensar en cómo lidiamos después con una posibilidad de procesos de polarización política. Yo creo que es importante ponernos a pensar en qué terminó pasando en la elección con el Legislativo, en cómo va a ser posible gobernar con la posible polarización que se genere, con lo que será una oposición que nunca ha experimentado ser oposición real. Porque la polarización nos dejó muy malos resultados para el sexenio calderonista”, opinó Sandra Ley, de la División de Estudios Políticos.

Froylán Enciso enfatizó en la importancia de la continuidad que pueda tener la alianza Morena-PES como bancada, a base de negociar la agenda conservadora a cambio de abonar a la gobernabilidad en un eventual mandato lopezobradorista.

“Si, en algún escenario, el PES podría lograr negociar temas sustantivos –como el presupuesto, incluso, o algún otro tema hipotético– a cambio de dar concesiones a los conservadores acerca de temas relacionados con derechos sobre todo para mujeres y la diversidad sexual (...) Un cambio fundamental para el sistema de partidos va a ser la creación de este nuevo grupo mayoritario que es Morena y sus aliados, que provee estabilidad, gobernabilidad, pero incertidumbre en los contenidos”.

Nuevas élites y fuerzas políticas

Para Enciso, el triunfo de AMLO desencadenará la renovación de la élite y una reconfiguración de fuerzas políticas que durante las campañas se reflejó en la batalla por el tercer lugar.

“El papel de los calderonistas como atizadores de este conflicto es fundamental y te habla del deseo de Calderón y de Margarita Zavala de mantener el capital político suficiente para recuperar (...) lo que quede del PAN después de Anaya o formar su propio partido. Y en este escenario de reconfiguración de la derecha, ante la posibilidad de que el PRI quede en los huesos, yo no vería muy lejano un escenario electoral en donde el grupo tecnócrata desplazado por el lopezobradorismo se alíe con un sector del PAN”, avizoró.

“No sabemos si Meade, después de esta elección, se va a ir de refugiado con lo que quede del PAN”, resumió.

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El otro relevo sería el del gabinete que López Obrador ha propuesto, que desplazaría al llamado “PRIItam” que encabeza Luis Videgaray por funcionarios más socialistas y liberales.

“Ese cambio lo representa principalmente el gabinete económico conformado por Carlos Urzúa, Graciela Márquez como secretarios de Hacienda y Economía, y Gerardo Esquivel como uno de los principales asesores de López Obrador en materia económica (...) Y el segundo, yo creo que tiene que ver con el valor de la presencia, el trabajo de mujeres en posiciones de poder. Tenemos que resaltar y es muy importante aplaudir que haya paridad en el gabinete; es algo que nunca hemos visto en México. Un nombramiento clave en ese sentido es el de Olga Sánchez Cordero”, destacó en entrevista.

El peso de la sociedad civil

Ley Gutiérrez subraya el rol de la sociedad civil en un gobierno encabezado por AMLO. Desde su punto de vista, el reto para este sector es mantenerse crítico e impulsar aspectos como la transparencia y la rendición de cuentas.

Este escenario será particularmente importante tras una campaña en la que López Obrador se confrontó con organizaciones de la sociedad civil a las que llamó ‘fifí’ y líderes empresariales que calificó de ‘minoría rapaz’.

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“Ya tenían una forma de trabajo con el gobierno y eso va a cambiar porque la legitimidad a partir de la cual ellos lograron esa posición que tenían ya no la van a tener. A ojos del nuevo gobierno ya no la tienen”, analizó Carlos Bravo.

“Van a tener que encontrar la manera de trabajar con él o de no trabajar con él, pero ahí igual hay un aprendizaje. Y como ellos, los partidos que queden en la oposición, la Suprema Corte, todo mundo. Todos vamos a estar en un proceso de aprendizaje –paralelo al proceso de aprendizaje que habrá en el gobierno– de cómo trabajamos, incluso cómo nos peleamos con este gobierno”, anticipó.

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