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Ella es Beatriz Gutiérrez Müller, la futura no primera dama

Junto a su esposo Andrés Manuel López Obrador, esta mujer busca erradicar el término de "Primera Dama".
sáb 07 julio 2018 05:00 AM

Nota del editor: Este texto fue publicado originalmente en la edición 407 de la revisa impresa Quién, correspondiente a marzo de 2018.

(QUIEN) — Hija de madre chilena, Beatriz nació en 1969 en la Ciudad México, aunque pasó su infancia y juventud en Morelia y Puebla.

Licenciada en Comunicación por la Ibero de Puebla, donde también cursó la maestría en Letras Iberoamericanas, fue periodista en Página Regional, El Universal y Argos Comunicación. Entre 2001 y 2005 fue asesora de la Dirección de Difusión del Gobierno del Distrito Federal (D.F.) y, más tarde, de la sección de Asuntos Internacionales.

Se doctoró en Teoría Literaria por la Universidad Autónoma Metropolitana con una tesis sobre la interpretación que hizo Francisco de Quevedo del Libro de Job –hecho que su esposo, el candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, presumió en Twitter.

Beatriz dejó atrás los Siglos de Oro españoles; en los últimos años parece obsesionada con los maderistas, en particular con el nicaragüense Solón Argüello: periodista, poeta y secretario particular de Madero, a quien la accidental aspirante a Primera Dama de México ha dedicado dos libros.

“He encontrado en la literatura la mejor forma de estar sana: es mi seguro social y siempre tiene medicinas”, dice mientras, en el festival literario UANLeer, presenta Leyendas y Cantos, su primer libro de poemas.

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Después de casarse con López Obrador, Beatriz se volvió cliente frecuente de esta farmacia literaria y comenzó a publicar su obra, tanto académica como de ficción. Su primera novela, Larga Vida al Sol, apareció en 2012. La segunda, Viejo Siglo Nuevo, un año después.

El periodista Alberto Tavira apunta que el escritor y diplomático José María Pérez Gay fue el cupido entre Andrés Manuel y Beatriz, pues con su recomendación la comunicóloga entró al gabinete del entonces perredista.

En 2005, cuando Beatriz tenía 36 años y AMLO 52, el romance entre ambos se hizo público en la revista Quién. En 2006, meses después de que él perdiera las elecciones presidenciales ante el panista Felipe Calderón, la pareja se casó, el primer matrimonio de ella y el segundo de él. En abril de 2007 nació su hijo Jesús Ernesto, primero de Beatriz y el cuarto del político.

“El amor es una fuerza sin la cual no podríamos vivir. El que no ama no está vibrando y el que no está vibrando está muerto. Mi más grande amor es mi hijo Jesús”, dice Beatriz en un video hecho por Argos TV en 2012, en medio de las elecciones presidenciales que Andrés Manuel perdería otra vez, ahora frente al priísta Enrique Peña Nieto. En el video se ve a la feliz madre jugando con su hijo en un parque capitalino.

Hoy Jesús tiene 10 años y luce un cabello con corte de hongo y mechas azules; toda la tarde ha deambulado por el lugar, mientras su madre presenta su poemario y firma ejemplares durante cuarenta minutos. “¿Quién iba a pensar que hay tantos seguidores de Morena en Monterrey?”, comenta una organizadora.

Tras las firmas, llega la hora de la prensa. Jesús reclama la atención de su mamá; quiere irse. Con firmeza, Beatriz le pide que se siente. Enojado y al borde del berrinche, el niño pregunta en voz alta que por qué debe hacerle caso. “Porque soy tu madre”, zanja la escritora, quien recobra la sonrisa ante la cámara que graba la primera entrevista.

Beatriz luce el cabello recogido, maquillaje discreto, blusa blanca, jeans y sandalias de tacón bajo. Todo el conjunto la hace ver más joven de los cuarenta y nueve años que cumplió el pasado enero.

Cuando me acerco, se pone de pie; seria y amable, ofrece respuestas breves. A mí me interesa saber por qué, después de años de investigar el círculo político Maderista, decidió escribir poemas sobre leyendas prehispánicas.

La lucha del hombre es en contra o en favor de la libertad, es lo que aparece en el libro, la forma en que la poesía se ejerce como un acto de rebeldía hacia la libertad”.

Hablamos de Gabriela Mistral, Rubén Darío, Nezahualcóyotl. Es una lástima que las editoriales no publiquen más poesía, apunta.

“Gracias a los poetas este país no está peor. Pero ya regresó nuestra hora, la de los poetas”, finiquita con una sonrisa. La única que logro arrancarle.

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