Este fenómeno astronómico es especial, también, por infrecuente. Por eso, Nambo aprovechó la fecha.
Además de ver a la luna cubriendo al sol, este día se animó a declarar su amor. Con un ramo de flores rosas, traje negro y corbata, el estudiante de Economía de 21 años le pidió a Natasha que fuera su novia. En plena observación del eclipse, poco antes de las 12:14 horas, cuando se registró el punto máximo y de mayor visión del eclipse, la joven le dijo que sí.
“Se lo acabo de pedir. Sentí que el eclipse era algo especial y ella también es especial”, compartió Nambo.
Otras personas buscaban también un recuerdo especial, un cachito de eclipse en una foto, en la sombra que proyectaba en el concreto, 10 segundos de visión, recomiendan los expertos, nada más, pero valen por esa imagen espectacular del eclipse grabado en la pupila.
Lo especial se comparte. Verónica, una estudiante de Arquitectura de 26 años, llegó a Ciudad Universitaria con su propio telescopio, un regalo de su padre, de quien heredó la afición a la Astronomía.