La Secretaría de Relaciones Exteriores de informó en un comunicado que tomó la decisión tras "un análisis exhaustivo de la información recibida" y que se la comunicará oficialmente a las autoridades ecuatorianas, junto con una solicitud para que concedan el salvoconducto respectivo a Glas.
Las cancillería ecuatoriana respondió en la tarde que "no otorgará el salvoconducto a Glas, que sería necesario para dar verde a su traslado a México, ya que no considera que el asilo sea procedente en el marco de las convenciones bajo las que ambos países se rigen.
"Para el Ecuador resulta jurídicamente evidente que no es lícita la concesión de asilo diplomático al señor Jorge David Glas", apuntó también el comunicado, contradiciendo la solicitud mexicana.
"El Gobierno de México tiene la obligación de entregar al señor Jorge David Glas Espinel para que sea puesto a disposición de los tribunales de justicia del Ecuador", destacó.
El ministerio mexicano apeló a la Convención de Asilo Diplomático de 1954, un tratado internacional del que México y Ecuador son Estados parte, recordó. En el comunicado, la cancillería también criticó un dispositivo policial desplegado por las autoridades ecuatorianas en torno a su sede diplomática.
"Esto constituye un claro hostigamiento a su Embajada y una flagrante violación a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas", señaló.
Las autoridades de Ecuador habían pedido permiso a México para ingresar en el recinto y arrestar a Glas, quien fue sentenciado a seis años de prisión en 2017, luego de ser declarado culpable de recibir sobornos de la constructora brasileña Odebrecht a cambio de contratos gubernamentales, y en la actualidad enfrenta otros cargos.
La cancillería ecuatoriana defendió en el comunicado que el país respeta el derecho internacional y que "no se persigue a persona alguna por motivos de raza, religión, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas", en referencia a una queja que Glas suele usar en su defensa.
"Ganas de pelear"
Más temprano el viernes, la canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, dijo a una radio local que el despliegue de policías es parte de las acciones con las que Quito quiso expresar su disconformidad ante unos comentarios realizados el miércoles por López Obrador sobre los últimos comicios en el país andino.
El miércoles, el mandatario mexicano comparó el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio el año pasado con la violencia reciente durante la actual temporada electoral en México, con varios candidatos locales asesinados a tiros.
Sin mencionar su nombre, señaló que la candidata Luisa González, de la corriente del expresidente Rafael Correa, fue vinculada injustamente con el asesinato de Villavicencio, y culpó a los medios de comunicación ecuatorianos de crear un clima en contra de la política y los calificó de corruptos.
En respuesta, Quito declaró persona non grata a la embajadora de México en el país, Raquel Serur, aunque aclaró que la medida "no significa romper relaciones diplomáticas".
Consultado sobre la decisión ecuatoriana, AMLO atribuyó el viernes el incidente a las supuestas "ganas de pelear" del Gobierno de Noboa con su administración, pero descartó una ruptura de lazos diplomáticos e informó que no iba a designar persona non grata al embajador de Ecuador en México.
Sin embargo, redobló sus comentarios, considerados una "intromisión en asuntos internos" por Quito, repitiendo la comparación y culpando a los medios de haber supuestamente manipulado las últimas elecciones ecuatorianas.
Según López Obrador, la Fuerza Aérea Mexicana enviará en las próximas horas un avión para regresar a Serur, que tiene 72 horas para abandonar Ecuador, explicó. La embajada quedará a cargo de diplomáticos de rango inferior.
(Reporte de Ana Isabel Martínez y Raúl Cortés Fernández; Reporte adicional de Alexandra Valencia en Quito; Editado por Marion Giraldo y Aida Peláez-Fernández)