“Yo no sé quiénes tienen tanto poder para llevarse a los hijos o a un familiar . Ya estamos cansadas de tanta injusticia y las autoridades no hacen nada. Todo el tiempo nos dan largas”, lamenta.
Con el cambio de gobierno en 2018, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, las madres buscadoras tuvieron esperanza. Pensaron que se agilizarían las investigaciones; pero pronto se desilusionaron. Continúan las mismas prácticas en las fiscalías y el número de desaparecidos crece, denuncian.
En un mitin a los pies de la Victoria Alada, las mujeres, incluidas madres de migrantes centroamericanos desaparecidos en México, mostraban los retratos de sus hijos desaparecidos y le exigían al presidente López Obrador respuestas. “No queremos pasar un año más gritando por nuestros hijos que no están", decía una madre al micrófono.
Desde los años 70 a la fecha, no importa el partido que gobierne, las historias de desapariciones forzadas no se han detenido. Lo sabe la señora Cristina Bautista, madre de Benjamín Ascención Bautista, uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, Guerrero, en 2014.
“No somos los únicos que estamos sufriendo por buscar a nuestros seres queridos. Somos miles de familiares, más 43”, señalaba en la protesta.
La mayoría de las mamás pasan muchos años en la búsqueda de sus hijos y, en el camino, algunas han muerto por el desgaste de su salud o “por la pena de no saber de sus hijos, de sus hijas, de sus esposos o sus hermanas”, explica.
Cuando esto sucede, las hermanas continúan la lucha, como Angélica Manzano Ortega. Ella busca a su hermana, desaparecida en febrero de 2023. Verónica Manzano Ortega, de 27 años, tomó un taxi en Huixquilucan, Estado de México y, como miles más, no regresó a casa.
Hace un mes que ni la presidenta municipal, Romina Contreras, ni la fiscalía estatal dan informes a su familia sobre los avances en la búsqueda de Verónica.
“Son más de dos meses de angustia, de que no sabemos nada de ella. No sabemos si se encuentra con vida. Pedimos justicia por Verónica y la queremos viva”, exige Angélica.
En este país y en esta marcha también están las hijas que buscan a sus madres desaparecidas. Dana y Luly Hernández son dos de ellas. A su mamá Pamela Leticia Portillo Hernández la desaparecieron en Chihuahua en julio de 2010 y, desde entonces, sus dos hijas la buscan.
“¡¿Dónde está, dónde está, mi mamá dónde está?!”, gritaban las jóvenes mientras avanzaban en Paseo de la Reforma.
Al igual que otras familias, las dos hermanas llevaban flores blancas para sus personas desaparecidas y una manta con el mensaje: “Felicidades, mamá, en tu día. Siempre te buscaremos”.