El reto de la manufactura
Una vez que se tenga una vacuna aprobada y estén disponibles, el reto será la manufactura, producción y distribución. Ahí dependerá la capacidad de cada país o los acuerdos a los que haya llegado para ello.
“Hay que pasar a la manufactura y la distribución, que son retos igualmente complejos, ahí también vamos a tener que fortalecer las capacidades de Birmex (…) ahí el canciller (Marcelo) Ebrard tiene intenciones de jalar cooperación internacional para Birmex”, dice Delgado al comentar que todo dependerá de quién la comercialice, la descubra, y, de acuerdo con eso, será el modelo que se tendrá.
El investigador de la UNAM enfatiza que la parte de investigar es, aparentemente, la más sencilla, y México está en una buena posición para hacerlo, ya que tiene muchos grupos de investigadores que se dedican al estudio de agentes infecciosos, pero el siguiente reto es el escalamiento de los procesos, porque no es lo mismo producir en laboratorio y en pequeña escala, a producir en grandes cantidades.
“Para hacer eso se tienen que diseñar, generar una infraestructura para que funcione, ahí es donde México ha dejado o ha abandonado un poco lo relacionado a las vacunas. Hace más de 30 años, México producía una gran cantidad de vacunas, pero dejó de invertir en investigación e infraestructura”, comenta respecto a Birmex, Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México, que durante los años 80 fue un ícono en la producción de estos fármacos.
Por ello, el país está rezagado en ese campo, y aunque la cobertura está a buen nivel, esto se debe a que se consiguen las vacunas, no porque México las produzca. “En general, ha funcionado, lo malo es que se compran y no se ha generado la infraestructura para producirlas (…) generalmente establecen convenios con ciertas farmacéuticas, ciertos laboratorios, que son los que producen”, señala.