‘Vivos se los llevaron’, una novela gráfica que retrata el caso Ayotzinapa

La periodista Andalusia Soloff realizó este proyecto que ilustra cómo fue el primer año del caso Ayotzinapa, con la idea de visibilizar el impacto y daño de la desaparición forzada en México.
Andalusia Soloff explica que el proyecto se gestó en los primeros meses que sucedieron a la desaparición de los 43 normalistas.

María de Jesús Tlatempa está acostada cuando un altavoz llama a quienes tengan familiares en la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos a que acudan al plantel ubicado en Ayotzinapa. Algo ha sucedido con sus estudiantes, algo que más de cinco años después no será esclarecido. Su angustia y posterior lucha es una de las estampas de la novela gráfica Vivos se los llevaron, de la periodista Andalusia Soloff, la cual retrata esta tragedia que ha sacudido a México y al mundo: la desaparición de 43 jóvenes y la pelea de sus padres por encontrarlos.

Soloff formó este proyecto por cinco años, pero lo que expone en casi 200 páginas es la historia de lo que sucedió en los primeros 12 meses tras la desaparición, la noche del 26 de septiembre en Iguala, Guerrero. El relato está construido a través de sus ojos y de lo que le compartieron María de Jesús Tlatempa, madre de José Eduardo; Don Benito, padre Jhosivani, y los normalistas Ernesto Guerrero y Uriel Solís, quienes vieron cambiada su vida.

“El libro es un retrato mucho más íntimo de la desaparición. Muestra cómo un grupo de personas al margen de la sociedad se convirtieron en los voceros de una nación y del mundo, porque las personas de todo el mundo adoptaron a los 43 normalistas de Ayotzinapa como si fueran sus propios hijos”, comparte Soloff en entrevista con Expansión Política con motivo de su libro editado por Plan B, el cual será presentado en los próximos días en la Normal de Ayotzinapa.

El relato de 'Vivos se los llevaron' está construido, en parte, a través de los ojos de Andalusia Soloff, de dos padres de los jóvenes desaparecidos y de dos compañeros de los normalistas.

Soloff explica que, por un lado, la intención de realizar esta novela gráfica —en la que también participan Marco Parra y Anahí H. Galaviz— es mostrar cómo las familias de los 43 normalistas han tenido la fuerza de salir a las calles e incluso viajar por el mundo en busca de justicia y, por el otro, busca poner en el foco todo lo que conlleva un crimen como la desaparición forzada, la cual considera como una consecuencia de la falta de procuración de justicia en el país.

“Falta entender qué es la desaparición forzada, qué impacto tiene en la sociedad, qué impacto tiene en las familias y generar una empatía, porque en la desaparición se involucran muchos actores, no solo la policía que no lo investiga, sino que involucra al vecino que no dice nada cuando ve que se llevan a sus vecinos o cuando alguien está gritando por ayuda y las personas de al lado no piensan que esas personas pueden desaparecer”, expresa.

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El acercamiento con las familias

Soloff explica que el proyecto se gestó en los primeros meses que sucedieron a la desaparición de los 43 normalistas. Recuerda que fue en 2015 cuando, a través de María de Jesús —a quien le mostró los primeros bocetos de lo que traía entre manos—, se acercó con el resto de las familias para pedirles permiso para realizar esta novela gráfica. Ese acercamiento se dio en las asambleas que realizaban los padres. “Viajé a Guerrero para presentarlo y ellos dijeron que sí, que estaban de acuerdo de contarlo de tal manera”.

Ahora que ha finalizado el libro, menciona que ha tenido un buen recibimiento por parte de las familias, a las que ha prometido regalar a cada una un ejemplar, principalmente por el formato en el cual está elaborado, un formato poco usual en México para temas de este tipo, pero que en todo el mundo se ha vuelto toda una tradición. Tal es el caso de Barefoot Gen de Keiji Nakazawa, que habla sobre Hiroshima y cómo un niño sobrevivió a la bomba; March de John Lewis, sobre el movimiento de los derechos civiles, y Palestine de Joe Sacco, tres libros en los que ella se inspiró.

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“Creo que la gráfica ayuda al lector a entender todo eso, y a muchos tipos diferentes de lectores, de niños a adultos con poco nivel de alfabetización, y gente culta, artística, que le gusta la novela gráfica”, considera Soloff, a la par que precisa que toda la información expuesta en las viñetas tiene el respaldo de una investigación periodística, lo cual es matizado con ciertas licencias con respecto a los huecos informativos o en el transcurso de ciertos hechos que no impactan el desarrollo de la historia.

Mañana pueden desaparecer 43 personas más

Soloff señala que otro de los objetivos que busca alcanzar con su trabajo es sacudir la conciencia de quien lo lea y generarle una empatía ante la situación que han vivido estas familias, que de fondo no es más que una muestra de los niveles de violencia que ha alcanzado el país en los últimos años.

“Por un momento, en el inicio, yo creo que todos tenían empatía, pero hoy en día a más de cinco años es como que ‘ya cállense’, algunos, no todos. Y creo que si se callan las familias de Ayotzinapa sin tener respuestas de dónde están sus hijos, qué pasó con ellos y que la investigación siga hasta llegar al fondo, pues vamos a repetir la historia, porque se repite la historia a diario porque desaparecen personas todo el tiempo y hay un abandono del gobierno en muchos lugares y no hay buenas investigaciones”, refiere.

Soloff considera que no se puede ser omiso ante estas situaciones, sobre todo porque los niveles de seguridad para que una desaparición de esa magnitud vuelva a ocurrir persisten.

“Las condiciones en las cuales pasó la desaparición de los 43 no han cambiado en nada y lamentablemente mañana pueden desaparecer 43 personas más”, dice.

Pese a ello, ve con buenos ojos que las investigaciones hayan tomado un nuevo aire con el nuevo gobierno, pero insiste en que lo que requieren las familias son respuestas y que estas podrían estar al fondo de una trama que no ha sido esclarecida del todo.

“El caso dejó un impacto a la sociedad en general, porque de un momento a otro a ti te pueden desaparecer, y toca a todas las clases de la sociedad y eso es algo muy grave, pero lo hemos normalizado, y esto no pasa en otras partes del mundo, es nuestra herida abierta”.