Pese a los daños causados este jueves por decenas de encapuchados en la Torre de Rectoría, incluido un mural de David Alfaro Siqueiros y la bandera nacional, la UNAM no restringirá el acceso a sus instalaciones, dijo este viernes Leonardo Lomelí, secretario general de la universidad.
"Lo que no podríamos hacer sería limitar el acceso al campus porque precisamente lo que quieren estos grupos (es) que la comunidad universitaria viva con temor, y eso no lo vamos a permitir", señaló en una conferencia de prensa, en la que también se anunció la presentación de denuncias.
"No excluimos que haya estudiantes, pero también hemos podido identificar, y así pasó también en la agresión del año pasado, que hay gente externa a la universidad", añadió el funcionario.
Lomelí responsabilizó a grupos externos de usar bombas molotov en la entrada del edificio de Rectoría, así como del robo a la librería Henrique González Casanova y de vandalizar instalaciones universitarias.
"(La UNAM) deslinda de los lamentables acontecimientos del día de ayer, que fueron perpetrados por grupos de provocadores que evidencian una preparación profesional y que han aparecido previamente en otras protestas, a aquellos grupos de alumnas y alumnos que se manifestaron pacíficamente y que han presentado demandas legítimas", declaró.
La institución ya ha presentado denuncias por el ataque a sus instalaciones ante la Procuraduría General de Justicia capitalina (PGJ-CDMX) y se abrieron dos carpetas de investigación.
Mónica González Contró, abogada general de la UNAM, aclaró que reconoce la demanda por parte de mujeres estudiantes, académicas y trabajadoras para que se enfrente la violencia de género, motivo de la marcha de este jueves, en la cual irrumpieron los encapuchados.
"Es una demanda completamente legítima que no se circunscribe únicamente a la universidad, es un problema nacional que también tiene raíces muy profundas en la cultura", dijo.
"Estamos estudiando las demandas en los pliegos petitorios que se han entregado, para atenderlos de la mejor manera y poder activar el protocolo en los casos de violencia de género pero, sobre todo, dar atención especializada y poder recibir todas las denuncias que hagan las universitarias", explicó.
En tres años desde que se puso en funcionamiento el protocolo para atender la violencia de género en la comunidad universitaria, se han recibido 1,014 denuncias, informó González.
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Junto a autoridades locales, la UNAM buscará identificar a los responsables de este último ataque; sin embargo, el que muchos de quienes participaron llevaran la cara cubierta hará difícil el reconocimiento.
"Se están haciendo los esfuerzos y se está cruzando información con la autoridad local (...) Cuando se ha identificado se ha procedido y ha quedado en manos de la autoridad competente el deslindar los cargos", añadió el secretario general.
Tras la última vez que la Rectoría fue vandalizada, el 3 de septiembre de 2018, fueron expulsadas de la UNAM 39 personas y 25 presuntos responsables se encuentran bajo proceso penal, indicaron las autoridades inversitarias.