El pie del Ángel de la Independencia se convirtió en el atrio para una misa en honor a los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos desde hace cinco años, oficiada por la organización Iglesias por la Paz.
“Eso buscamos para sus hijos y sus hijas, para ustedes y sus familias: la verdad y la justicia. Ya después vendrá el tiempo del perdón”, dijo el sacerdote Julián Cruz Alta.
Con las fotografías de sus hijos en mano, padres de los 43 normalistas comulgaron en la misa para después tomar el centro de la marcha convocada para este jueves, que estuvo marcada por esta exigencia de las familias: que las investigaciones sobre el paradero de los jóvenes por fin tengan resultados.
Los padres caminaron sobre Paseo de la Reforma y otras avenidas rodeados por cientos de personas que exigieron al actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, dar respuesta a la pregunta que han hecho desde el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018).
“Nuestros hijos no son unos vándalos como quisieron decir. El gobierno los quiso involucrar con la delincuencia organizada”, dijo Joaquina García, madre de Martín Sánchez, frente al ‘antimonumento’ +43, en el cruce de Reforma y Bucareli.
“Siento como si fuera el primer día. No sabemos nada de nuestros hijos. ¿Dónde están? ¿Qué pasó con ellos?”, lamentó.
El contingente avanzó esta tarde sobre Paseo de la Reforma. Llenó los carriles centrales de la avenida en su camino al Zócalo capitalino, manteniendo la protesta pacífica con consignas como “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”.
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La manifestación abarrotó Avenida Juárez a lo largo de un kilómetro, desde la Torre del Caballito hasta la Torre Latinoamericana.
Sin embargo, por un momento, el paso constante y la cadencia de las consignas se rompieron cuando un grupo de personas con las caras cubiertas y vestidas de negro rompió la fachada del Hotel Hilton e intentó prender fuego a una librería en la esquina de Juárez con Eje Central Lázaro Cárdenas.
En respuesta, al llegar al Zócalo, el abogado de las familias de los normalistas, Vidulfo Rosales, deslindó a los padres y a las organizaciones que los apoyan de esos hechos violentos y de los daños a negocios y edificios públicos.
“Hoy, a cinco años de estos hechos trágicos, de esta lucha de los padres y madres de los 43, tenemos que ponerlos en el centro para que podamos seguir en este movimiento”, dijo Rosales.
“(Pido que) evitemos actos (de violencia) y que nos sumemos a la pacificación”, llamó durante el mitin.
Sobre la plancha del Zócalo, Emiliano Navarrete, padre del normalista José Ángel Navarrete, señaló que para tener confianza en el nuevo gobierno es necesario ver resultados sobre la investigación en torno a cuál fue el destino de los jóvenes desaparecidos en Guerrero en septiembre de 2014.
“Se abre una esperanza con el nuevo gobierno, pero vamos a ver si cumple con su palabra. Vamos a seguir exigiendo con la misma intensidad, porque no existe ni verdad ni justicia”, advirtió.
En el quinto aniversario del caso, los padres insistieron en que sus demandas seguirán. A pesar del desgaste, se mantendrán alzando la voz hasta saber qué pasó con sus hijos.